El personaje, la atmósfera, los planos, la línea narrativa y los supuestos mensajes ocultos, sumados a la propia historia trágica del filme, convirtieron Nosferatu en una obra de culto para el público y profesionales del cine.
Y este, al no haber escuchado el canto del gallo desaparece cuando, tras acercarse a la ventana le da la luz.
A la misma hora cesó la mortandad en la ciudad, tras lo que se puede observar el castillo del conde en los Cárpatos destruido.
Sin embargo, los créditos originales indican explícitamente que la película está basada en la novela de Stoker.
Albin Grau afirmó que la idea de realizar una película sobre vampiros surgió durante su servicio en la Primera Guerra Mundial.
Albin Grau, apasionado del ocultismo, incorporó símbolos esotéricos y referencias a prácticas mágicas en el diseño de producción.
Estas influencias no solo aportaron una atmósfera sobrenatural, sino que también vincularon la película con las tendencias ocultistas de la época.
La película alemana estaba descrita en el folleto como "una adaptación libre de la obra Bram Stoker, Drácula".
El director rechaza así los mundos artísticos del cine expresionista, que estaban de moda, como los que se encuentran en películas como El gabinete del doctor Caligari (Robert Wiene, 1920) y Der Golem, wie er in die Welt kam (Paul Wegener y Carl Boese, 1920).
Lotte Eisner se refiere a la escena en la que los portadores del féretro vestidos de negro bajan por un callejón estrecho en una larga procesión cuando afirma: "La 'expresión más expresiva', como exigían los expresionistas, se ha logrado aquí sin medios artificiales".
Lo más destacado de la mirada subjetivada son las escenas en las que la figura del vampiro -mirando directamente a la cámara- se vuelve hacia el espectador y así rompe la cuarta pared: “El vampiro parece irrumpir a través de las dimensiones de la pantalla debido a su gigantesco tamaño, y amenaza directamente al espectador”.
[16] Murnau emplea trucos cinematográficos para marcar la transición de Hutter al mundo del conde.
[27] Superficialmente, Nosferatu es un narración simple, parecida a un cuento popular, que avanza linealmente hacia un final de consecuencias inevitables.
[31] Los textos, caligrafiados por Albin Grau, muestran el informe del cronista en cursiva latina estilizada sobre un fondo de papel; los diálogos en una escritura más moderna de colores chillones, y las letras en escritura alemana Kurrent.
[32] Con más de 540 planos[33], Nosferatu es una película que se montó muy rápido para la época.
Seeßlen y Jung, por lo tanto, describen la película como "una gran imagen anímica mucho más que una 'narrativa' cinematográfica".
[36] Este cine de ensueño que nunca se desarrolla por completo, conduce a evidentes rupturas lógicas.
Estrenada en 1930, la película volvía a cambiar el nombre de los personajes, incluía material filmado por Günther Krampf y un final feliz.
[42] Dicha versión, la cual mantuvo el título original de Nosferatu durante su estreno en países como España, sobrevive gracias a una copia sin sonido en la Cinémathèque française.
En 2018 interpretaron la música por primera vez en Brasil[47] y desde 2018 Nosferatu se muestra regularmente con su versión musical en el cine Babylon de Berlín.
[51] Según Frieda Grafe, las escenas, que en su mayoría se originan en películas culturales, tienen la función de "naturalizar al vampiro", enmarcándolo como parte de la naturaleza, para hacer parecer aún más extraña su eficacia, ya que es natural y por lo tanto irrefutable.
La figura elude así todos los intentos de clasificación; un aspecto que contribuye a la inseguridad del espectador: "Todas nuestras certezas, que se basan en límites claros, orden, clasificaciones, se vuelven inestables".
[56] Seeßlen y Jung ven aspectos panteístas en la apropiación integral de todas las manifestaciones de la naturaleza: existe una conexión divina entre todas las cosas que lucha por la armonía y la perfección, pero también albergan un peligro demoníaco latente.
[59] En éstas imágenes cinematográficas diseñadas artificialmente, Ellen es "la melancolía encarnada que Freud describió como sangrando de la vida interior", señala Grafe.
Seeßlen y Jung también ven al vampiro como "el símbolo metafísico de la dictadura política".
La película hace referencia a la experiencia de la guerra y es "una herramienta para entender, aunque a menudo sólo inconscientemente, qué hay detrás de este tremendo evento que rugía como un vampiro cósmico".
Gunter E. Grimm describe a Nosferatu como "la compensación traumática de la sexualidad prohibida en la sociedad burguesa".
Contrariamente al Hutter retratado asexualmente, el vampiro es "la sexualidad reprimida que invade la vida idílica de los recién casados", como señala Kaes.
[67] La compulsividad desenfrenada a la que se entregan Ellen y Orlok no queda impune en la película: tanto el conde como Ellen mueren, y Hutter solo vuelve a ser libre después de que su esposa se haya unido al monstruo de una manera fatal.
En dos escenas breves, que juntas duran sólo unos segundos, se ve un texto cifrado de aspecto cabalístico, cuyo código Sylvain Exertier considera idescifrable.