Se casó por primera vez en 1531, pero su esposa y sus dos hijos murieron en 1534 durante otro brote de peste.
[3] La familia de Jaume había sido originalmente judía, pero su padre, Cresquas, un comerciante de granos y dinero con sede en Aviñón, se había convertido al catolicismo entre 1459–60, tomando el nombre cristiano "Pierre" y el apellido "Nostredame" (Nuestra Señora), la santa en cuyo día hizo su conversión solemne.
Mientras se hallaba viajando encontró e intercambió información con varios doctores, alquimistas, cabalistas y místicos renacentistas en la clandestinidad.
En 1531, Michel fue invitado por el médico Giulio Cesare Scaligero (conocido como Julio César Escalígero en la tradición literaria española) para acudir al pueblo de Agen, donde desposó a una mujer cuyo nombre se encuentra aún bajo disputa ―se discute entre Anna de Cabrejas (una joven catalana, de Perpiñán) y Henriette d'Encausse―, con la cual tuvo dos hijos.
Al establecerse en Salon-de-Provence, en 1547 desposó a una viuda adinerada llamada Anne Ponsarde Gemelle.
Con su supuesta habilidad para prever el futuro, escribió una serie de almanaques anuales (siendo el primero publicado en 1550), donde comenzó a utilizar la versión latina de su nombre auténtico, refiriéndose ahora como Nostradamus.
Sin embargo, con la intención de evitar una polémica que condujera a posibles enfrentamientos con la Inquisición, inventó un método para oscurecer las profecías del libro utilizando juegos de palabras y mezclando idiomas, tales como provenzal, griego, latín, italiano, hebreo y árabe.
Al ser publicada su máxima obra escrita bajo el nombre de Las profecías, muchos empezaron a criticar su contenido, argumentando que constituía información obtenida del demonio, y clasificando a Nostradamus como hereje.
Contrariamente, ciertos sectores sociales apoyaron la publicación, otorgándole un distintivo de importancia espiritual, al considerar la obra como una post-biblia auténtica.
Sus estudios médicos incluyeron escritos hechos por Alberto Magno, Teofrasto Paracelso y Cornelio Agrippa.
De ahí las muchas predicciones que implican figuras antiguas como Sila, Cayo Mario, Nerón y otros, así como sus descripciones de las «batallas en las nubes» y «ranas cayendo del cielo».
Este libro tuvo un éxito considerable en la década de 1520, cuando pasó por media docena de ediciones, pero no ejerció gran influencia, seguramente debido a que su texto estaba escrito en su mayoría en latín, escritura gótica y muchas abreviaturas difíciles.
Nostradamus fue uno de los primeros en volver a parafrasear estas profecías en francés, lo que puede explicar su popularidad.
Cabe señalar que las opiniones modernas de plagio no se aplicaban durante el siglo XVI.
Esto sería parecido a la interpretación preterística del Apocalipsis de Juan; tal vez quería simplemente escribir a propósito de hechos contemporáneos, pero con el pasar del tiempo sus escrituras fueron interpretadas como profecías.
Algunas se refieren a un solo pueblo o ciudad y otras enumeran poblaciones diferentes.