Presidió la comisión enviada a Venecia por los jefes de la Cruzada para negociar el transporte del ejército cruzado a Oriente con el dux Enrico Dandolo, ciego, casi centenario e insidioso.También actuó correctamente en Constantinopla, cuando los cruzados decidieron desistir de su empeño y fundar allí un imperio gobernado por Balduino I de Flandes.Redactó su Crónica entre 1205 y 1213, manejando documentación de archivo y el testimonio personal de lo que había visto con sus propios ojos.Se muestra fiel a la verdad, pero solo en lo que cuenta, porque omite mucho y muy importante, sobre todo el motivo por el cual la IV Cruzada no llegó a Palestina.Sus descripciones son muy minuciosas y seleccionan siempre los detalles más pintorescos.