Dos monjes

Con una libertad casi total, los pioneros del cine sonoro mexicano exploraron las posibilidades expresivas del medio cinematográfico y realizaron varias de las obras más audaces e inquietantes de nuestra cinematografía.

Atrás quedaron los tropiezos de la época silente, en la que nunca se logró marcar una diferencia a favor del cine nacional.

En palabras de su director: "Quise darle a la película un clima irreal, haciéndola entrar en un ambiente expresionista.

De ese modo sentía que podía ampliar el asunto, lograr efectos cinematográficos no comunes y ceder a la profunda influencia que los maestros alemanes sellaron en mi imaginación."

A su paso por México, el famoso surrealista André Breton elogió el filme de Bustillo Oro calificándolo como "un experimento audaz e insólito."