Chano inició su carrera cinematográfica en Hollywood con la realización de la película silente El destino (1929), que dejó inconclusa y en la que actuaron Emilio "El Indio" Fernández y Mona Rico quien, según se cuenta, fue la responsable de que se interrumpiera la filmación porque huyó con el actor John Barrymore.
De regreso a México, se incorporó al cine nacional, después de que según él mismo, recibió dos fuertes influencias: del director soviético Serguéi Eisenstein y del político mexicano José Vasconcelos.
A partir del largometraje El monstruo resucitado (1953) interpretado por la actriz checa Miroslava, Urueta se convirtió en uno de los más destacados directores de los años dorados del cine de terror mexicano, el cual gana más admiradores cada año.
A Urueta se deben varias obras muy apreciadas por los admiradores de dicho género, como La bruja (1954) con la hermosa Lilia del Valle; en 1962 El espejo de la bruja, en la que reunió a Isabela Corona y Rosita Arenas, populares actrices de dos generaciones, y la delirante El barón del terror, y al año siguiente, La cabeza viviente.
A Urueta se debe también el lanzamiento del héroe de lucha libre Blue Demon en su primera aparición fílmica, Blue Demon: El Demonio Azul, en 1965.