En caso de ser atacados por la caballería formaban un cuadro, donde la primera fila esgrimía sus bayonetas y la segunda disparaba sobre los jinetes enemigos.Sin embargo el nuevo gobierno español constitucional sumido en una perpetua crisis por su supervivencia no resuelve llegar a la paz con los insurgentes americanos, pero interrumpe unilateralmente las operaciones militares en apoyo de los realistas en América, generando un completo abatimiento y desafección de los que permanecían leales a España.[53] Lo que sí queda claro es la presencia de indígenas en ambos bandos, pero también la deserción hacia los dos ejércitos bajo coyunturas específicas.En opinión del historiador Virgilio Roel Pineda,[54] los realistas supieron aprovechar al máximo las rencillas históricas existentes entre algunos poblados de mestizos e indios para ganarlos a su causa.Las fuerzas reales peruanas combatieron a los insurgentes con tanto vigor como los comandantes realistas en Nueva España, Cadena, Cruz, Calleja, Llano y otros.Abascal se tomó muy en serio las noticias de los acontecimientos en Buenos Aires, sobre todo porque la junta revolucionaria también buscaba afirmar su soberanía sobre el Alto Perú.[75] En el Perú se decidió realizar una reorganización del ejército, movilizando tropas de la capital a Puno, Arequipa y Cuzco.La pérdida de Cochabamba amenazó las comunicaciones con el Ejército Real del Perú al dejar aislados a las autoridades realistas en Chuquisaca y Potosí.Para comprender el fracaso de estas rebeliones frente a la autoridad virreinal, tenemos que ver su composición social.[88] El virrey Abascal llegó a sentir especial estima por las tropas americanas, ante las reiteradas muestras de fidelidad y valor que le brindaron.Ante ello, intento dar un sentido autóctono a la contrarrevolución, creando unidades especiales de americanos y peninsulares que generaron un óptimo resultado, en especial para pacificar algunas revueltas locales en el Perú tras la crisis imperial de 1808-1814, donde derrotaron a los insurgentes mientras se tambaleaba la causa bonaerense y no hallaba eco en la sociedad peruana, cuyas escasas sublevaciones fueron sofocadas sin obtener el éxito esperado por los revolucionarios.Las tropas se reclutaban en los territorios americanos, aunque lo particular del caso peruano es que el más grande proveedor de ellas durante toda la guerra fue el propio virreinato del Perú, en parte debido a que todas las intentonas secesionistas fracasaron rápidamente, como también debido a la muy impregnada figura mistificada del rey como un «Inca Católico» en la cosmovisión popular, al que se debía lealtad según la tradición y la religión.El intendente hizo caso omiso a estos mensajes y ordenó la reconstrucción del puente de Huacar.Berrospi fue el encargado de brindar la bienvenida (otra vez), dirigiéndose al intendente con una bandera blanca, tal como lo hizo con los insurrectos semanas atrás.Esta misión fue encargada al brigadier español Antonio Pareja que salió del Perú con sólo 20 oficiales y 50 soldados[106] más algunos recursos militares como armas, dinero y uniformes para formar un ejército en las provincias chilenas leales al rey con el cual sofocar la rebelión.En esos momentos los patriotas venían recién saliendo de una guerra interna provocada por las desavenencias entre sus principales líderes, pero se volvieron a unir para hacer frente al nuevo avance realista.Al mando del marino británico Thomas Cochrane, la escuadra chilena pudo tomar la iniciativa estratégica y controlar el Pacífico.Por estas razones, Pezuela y varios notables del Cabildo estaban considerando la capitulación, algo inaceptable para los oficiales realistas.Sus soldados en los días siguientes a la batalla entonaban una copla que se hizo famosa: «Congresito ¿cómo estamos con el tris-tras de Moquegua?El poder legislativo no aceptaba al ejecutivo, que a su vez era disputado por militares y civiles.A esta anarquía política se aunaba una desorganización interna del ejército libertador, sin un jefe indiscutido que lo dirigiera.[124] Tras estos eventos, las fuerzas argentinas se estacionaron en Humahuaca y permanecieron inactivas por dos años de la guerra en el Perú.Era mejor (pensaban los gobernantes) el ser ocupados por una nación de carácter monárquico antes que aventurarse en una república frágil e incierta.Adicionalmente, Brasil hubiera tenido acceso directo al Océano Pacífico, algo que se ambicionaba en las elites brasileñas.Para esto enviaría un primer cuerpo de refuerzos, al mando del general venezolano Juan Manuel Valdés, de 3.000 hombres para auxiliar a los 4.000 defensores que aun quedaban en Lima y Callao, aprovechando que Canterac y su ejército estaban lejos (en Arequipa), debían llegar estos refuerzos en abril.[129][130] Las Provincias Unidas estaban determinadas a recuperar protagonismo en la guerra del Alto Perú, territorio que consideraban parte de su jurisdicción.Las fuerzas patriotas se estacionaron durante un mes en Huamanga, y luego en Challhuanca, antes de proseguir su avance hacia el Cuzco.Las noticias empeoraron cuando Miller comunicó que los indios de Huanta, Huancavelica, Chincheros, Huando y las aldeas cercanas estaban siendo “inducidos a levantarse contra el ejército libertador.Puesto que, el batallón Rifles del ejército de Colombia, integrado por tropas mercenarias europeas (en su mayoría británicos), sufrió bajas significativas en Corpahuico.Los realistas estaban consumiendo sus recursos en una guerra de movimientos, sin obtener aún una victoria definitiva sobre el ejército libertador.
Estandarte de Caballería.
Regimiento de la Imperial Ciudad del
Cuzco
.
Uniforme para granaderos y cazadores aprobado por las Cortes en 1821, las disposiciones no siempre podían ser cumplidas a cabalidad en el Perú quedando muchas unidades con uniformes adoptados de acuerdo a las circunstancias.
El mapa del
Imperio español
destacaría las principales rutas de refuerzos desde España hacia el Perú, que eran dos:
1. Ruta del Norte (
Panamá
): Cruzaba el Atlántico hasta el Caribe y continuaba hacia el estrecho de Panamá, donde las tropas y suministros debían cruzar por tierra antes de reembarcar hacia el Pacífico.
2. Ruta del Sur (
Cabo de Hornos
): Rodeaba el extremo sur del continente americano, pasando por el Cabo de Hornos, para luego ascender por la costa del Pacífico hasta el Perú.
Rafael del Riego
conduciendo a las tropas expedicionarias sublevadas en el año 1820 y con ello desapareció la amenaza de invasión española del
Río de la Plata
y
Venezuela
. Esto posibilitó la convergencia de las corrientes libertadoras al Perú.