Combate de Falsuri

El 11 de junio Santa Cruz desembarcó en Arica ocupando sucesivamente Iquique y Moquegua, tras dividir sus fuerzas en dos columnas transmontó la cordillera y a comienzos de agosto ocupó la ciudad de La Paz mientras la columna del coronel Gamarra segunda hacía lo mismo con Viacha y Oruro.Aprovechando la ausencia de tropas en la capital peruana el general Canterac marchó sobre ella y al mando de 9.000 soldados la ocupó el 18 de junio obligando al gobierno y las pocas fuerzas Independentistas a refugiarse en los castillos del Callao, sin embargo esta expedición carecía de valor estratégico pues dejaba aislados a los ejército del virrey La Serna y Olañeta entre los cuales se encontraban las tropas de Sucre y Santa Cruz, el virrey ordenó por tanto que el general Valdés abandonara Lima y se le uniera en el Cuzco lo que este obedeció realizando con asombrosa rapidez una marcha de 260 leguas en menos de un mes tomando contacto con el ejército de La Serna en Andahuaylas el 2 de agosto.El 25 de agosto la división de Santa Cruz sostuvo un encuentro con el general Valdés en Zepita, donde pese a obtener una ventaja táctica Santa Cruz no logró obtener una victoria decisiva sobre las fuerzas del general realista, tras esta acción se al coronel Gamarra en Panduro donde reforzados por las fuerzas que el guerrillero altoperuano José Miguel Lanza trajo de los valles de Ayopaya el ejército rebelde llegó a alcanzar la cifra de más de 7.000 hombres;[1]​ sin embargo la inactividad de Santa Cruz dio como resultado que se unieran los ejércitos del virrey La Serna y el general Olañeta siendo que en lugar de buscar una batalla decisiva, Santa Cruz ordenó el repliegue al desaguadero sosteniendo a mediados de septiembre combates de dudoso resultado en Sicasica y Ayo Ayo.La división de Olañeta sufrió 45 bajas entre muertos y heridos mientras que los Independentistas dejaron en el campo un número no determinado de muertos y 33 heridos.Tras esta acción Lanza se retiró a Palca donde reorganizó a los restos de su ejército y volvió a su papel de comandante de guerrillas,[3]​ el comandante Pedro Blanco y otros oficiales altoperuanos se dirigieron a Lima para unirse al ejército unido, con el triunfo de Olañeta y la retirada de Santa Cruz el Alto Perú quedó temporalmente pacificado y sujeto por las armas realistas hasta que el año siguiente sería nuevamente convulsionado esta vez por la rebelión de Olañeta contra el virrey La Serna.