Huaylas (etnia)

Sus orígenes culturales se remontan al Intermedio Tardío, desde el 1200, hasta la caída del imperio inca a manos de los conquistadores españoles en la década de 1540.

El grupo huaylas abarcaba el extenso y fértil valle del río Santa denominado como Callejón de Huaylas, delimitado al norte por el cañón del Pato y al sur por la meseta de Conococha, que coincide con las actuales provincias de Recuay, Aija, Huaraz, Carhuaz, Yungay y la provincia de Huaylas.

[1]​ Luego de una cruenta y larga campaña de resistencia contra el imperio inca en expansión liderado por Huayna Cápac, el extenso señorío de huaylas, confederado con los conchucos, piscopampas y huaris, se rindieron al embate inca con un alto costo: Pumacayán, el templo más importante de los huaylas fue destruido y en calidad de vasallaje, los curacas de las etnias mencionadas se vieron obligados a enviar a sus hijas con el inca para que se unieran a él en calidad de esposas secundarias.

[2]​ Tras la conquista inca, siguiendo el ordenamiento poblacional cusqueño, los huaylas fueron subdivididos en dos parcialidades: Hanan Huaylas y Hurin Huaylas, territorios que comprendían a las provincias de Huaylas, Yungay y Carhuaz, y las provincias de Huaraz, Recuay, Aija y parte de Huarmey, respectivamente.

Designaron dos curacas para cada parcialidad con sus respectivos adoratorios mayores.