Gaspar Fernández de Bobadilla

Logró, sin embargo, fugarse y unirse al ejército acantonado en Murcia, donde se le confió el mando de una guerrilla montada, obteniendo un reconocimiento por su valor en el ataque a la Villa de Galera donde sorprendió a un escuadrón de la caballería polaca al servicio de Napoleón tomándole 33 prisioneros y "dando muerte por sus manos al comandante francés" en combate singular según señala el parte oficial.

[2]​ Habiendo solicitado pasar a América en la primera ocasión que se enviase caballería es nombrado comandante del regimiento de Cazadores-Dragones destinado a reforzar el ejército realista acantonado en Lima que se encontraba próximo a operar en la capitanía general de Chile.

Sin embargo cuando la expedición española arribó a su destino el ejército libertador del general José de San Martín ya había derrotado a su contraparte realista en los llanos de Maipú siendo que la mitad de los transportes españoles fueron capturados por la escuadra patriota pudiendo desembarcar únicamente algunos restos de la expedición en Talcahuano entre los que se encontraba el regimiento de Bobadilla quien actuó durante la Segunda campaña al sur de Chile que dirigieron los ejércitos patriotas contra los últimos reductos realistas en la región.

El general inglés Guillermo Miller le recordaría en sus memorias como "un hombre alegre, sumamente entretenido y de facha muy militar".

[5]​ Fue condecorado con la Cruz de San Hermenegildo y Orden Americana Isabel La Católica.