Toribio Montes

Poco se conoce de su niñez y juventud, solamente que adquirió una brillante instrucción y que, al ser un segundón sin derecho a heredar el mayorazgo familiar, emprendió la carrera militar ganando sus grados por méritos y antigüedad.

En 1795 fue ascendido a Coronel durante su participación en la Guerra del Rosellón y dos años más tarde fue nombrado brigadier.

En 1810 pasó al Perú con el cargo de gobernador del Callao.

La expedición de Montes dio su primer combate en la Batalla de Chimbo, con resultados ventajosos para los quiteños que obligaron a los españoles a replegarse.

Comprendiendo Montes que requería los servicios de Sámano, que se hallaba en Quito esperando un proceso judicial por sus derrotas en Palacé y Calibío, le volvió a llamar al servicio y mandó proponer a Camilo Torres Tenorio, encargado del poder Ejecutivo Federal de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, una rendición honrosa que fue enérgicamente rechazada.

Por esos días arribó de España la poderosa expedición militar del general Pablo Morillo, compuesta en su casi totalidad por excombatientes de la guerra contra los franceses en la península.

Morillo cercó y tomó Cartagena de Indias y ocupó Cachirí, mientras Sámano, que había salido de Pasto con mil cuatrocientos hombres, se fortificaba a pocas leguas de Popayán, en el sitio denominado la Cuchilla del Tambo en 1816, donde derrotó a los insurgentes bajo las órdenes del teniente coronel Liborio Mejía.

En abril de 1828 solicita al rey trasladarse a Madrid, poniendo como excusa la mala calidad del agua de Murcia que dice no le viene bien a su salud, y alabando el clima de la corte.