Ejército realista en América

Ejército realista en América es el término que se utiliza para describir las fuerzas compuestas por españoles peninsulares, europeos en general y, en su mayoría, hispanoamericanos (principalmente pueblos indígenas),[1]​ empleadas para defender la integridad y la unidad de la monarquía española frente a las revoluciones independentistas hispanoamericanas durante el primer tercio del siglo siglo XIX.

En 1822 se añadió potestatis regia defensor, que defiende regalías y derechos de los reyes.

[4]​ En España, también se denominó realistas a los defensores del Antiguo Régimen, llamados generalmente carlistas.

Políticamente el conflicto tuvo a la vez, un marcado carácter civil e internacional, pero siempre interno, sin intervención directa de otras potencias europeas.

Socialmente ambas posiciones enfrentadas, realista e independentistas, tuvieron una trascendencia incierta para los súbditos de la monarquía.

En España se empleó el reclutamiento indiscriminado para las expediciones, en general forzoso por leva o quinta (sorteo).

Sin embargo en 1820, una segunda expedición a ultramar de unos veinte mil españoles que había sido organizada en Cádiz por el antiguo virrey de Nueva España, don Félix María Calleja del Rey, nunca llegó a partir porque fue sublevada contra el propio Fernando VII y en favor del Trienio liberal.

Nueva España y Guatemala Nueva Granada, Venezuela, Quito Río de la Plata y Paraguay Perú, Alto Perú y Chile El ejército realista no era el ejército virreinal del Imperio español; no tuvo la misma misión ni la organización que tenía ese ejército durante la época de los virreinatos, que iba dirigida a la defensa frente a potencias enemigas del exterior.

[48]​ Las unidades creadas en España eran las llamadas expedicionarias, pero desde su llegada al continente americano recibían un flujo continuo de tropas americanas que suplantaba sus bajas europeas, es decir, a más tiempo de llegada más americanizada se quedaba la teórica unidad expedicionaria.

En el año 1824 únicamente 500 españoles peninsulares formaron parte del ejército realista que combatió en la batalla de Ayacucho.

[52]​[53]​ El mismo año, José Tomás Boves mandaba una hueste de 7000 llaneros (más 3000 esclavos rebeldes de su lugarteniente Francisco Rosete)[54]​ pero apenas 160 eran europeos,[55]​ divididos en 60 a 80 soldados blancos y 40 a 45 oficiales peninsulares y criollos.

Los oficiales del ejército colonial era en un 60 % americanos y los que eran peninsulares llevaban más de 30 años residiendo en América.

Para conservar los símbolos, cuando por cualquier razón los batallones se fundían en un único batallón del regimiento, las unidades peninsulares superponían ambas banderas una sobre la otra, mientras que las unidades americanas las ponían también en la misma bandera pero una en el anverso y otra en el reverso.

La otra formación cerrada, en cuadro, se tomaba únicamente como medida defensiva urgente frente a las cargas de caballería.

Finalmente en estas grandes concentraciones humanas, las bajas por enfermedades y falta de alimento, especialmente durante los asedios, eran una preocupación constante en el mando.

Al contrario, las «montoneras» se reunían «espontáneamente» que tras el final del alzamiento abandonaban la lucha.

En segundo lugar estaban algunas formaciones guerrilleras cuyo origen eran agrupaciones militares realistas vencidas que se dispersaron.

Tampoco se formaron en el Alto Perú, Jujuy o Salta, donde los regulares monárquicos combatían a las guerrillas separatistas.

Lo mismo sucedió donde se perdió el control al comienzo del proceso de emancipación, como Córdoba, Buenos Aires, Paraguay y la Banda Oriental.

[86]​ Su principal líder era Antonio Huachaca, veterano del sometimiento de Cuzco y que había alcanzado a ser brigadier.

[94]​ Después de su derrota en Carabobo, los monárquicos sobrevivientes se refugiaron en Puerto Cabello y liderados por el mariscal Morales continuaron la lucha.

[117]​ Para ese año los jefes y soldados realistas sobrevivientes, que se encontraban refugiados junto a los araucanos, habían dejado de ser consideradas tropas que peleaban por la causa del rey para ser tildados de bandoleros armados.

[122]​ A estos factores se unió el optimismo producido por las victorias de Rancagua y Viluma, conseguidas por las fuerzas del virrey José Fernando de Abascal sin ayuda peninsular y que hicieron pensar que el Virreinato del Perú podría acabar con los rioplatenses rebeldes por su cuenta.

[123]​ La Gran Expedición fue organizada por el antiguo virrey novohispano y capitán general de Andalucía, Félix María Calleja del Rey.

[137]​ Estos últimos fueron fueron los únicos movilizados de los ocho a diez mil que esperaba reunir el Directorio porteño.

Según él, fue un error enviar tal fuerza a un lugar de clima tropical y pantanos a los que no estaban habituados los peninsulares, donde los europeos pronto fueron diezmados por la malaria, fiebre amarilla y el resto de enfermedades tropicales.

De haber seguido el plan original hubieran ido a una región con un clima similar al propio, apoyadas por ofensivas desde Charcas y Chile.

[131]​[145]​ Así en Nueva Granada y Venezuela, en diciembre de 1820 fue concedido el retorno a España del experimentado militar liberal Pablo Morillo, solicitado en 16 ocasiones anteriormente, abandonando el mando del ejército expedicionario de Costa firme.

El ejército de la Santa Alianza permaneció ocupando España varios años más hasta 1830 en la llamada década Ominosa para sostener la monarquía absoluta de Fernando VII que reprimió a los caudillos liberales, como Juan Martín Díez "el Empecinado".

Se trataba de una armada cuya estrategia y táctica era fundamentalmente defensiva del imperio marítimo (al contrario que la británica)[cita requerida].

Constitución de Cádiz , La promulgación de la Constitución de 1812 obra de Salvador Viniegra ( Museo de las Cortes de Cádiz ).
Rebelión del ejército de ultramar en la Revolución de 1820 .
Sargento del Regimiento Saboya en 1761. El regimiento de Saboya participó en distintas expediciones al Virreinato de Nueva España en 1768 y 1813, al Virreinato de Nueva Granada en 1770 y su II batallón al Virreinato del Río de la Plata en 1776.
Infantería realista del Alto Perú con uniformidad clásica azul oscuro, para chaquetón largo invernal o chaqueta corta — [ 40 ]
Infantería de la batalla de Maipú con uniformidad color brin (lino), repartida a los expedicionarios europeos y americanos, empleada en trópicos o climas desérticos [ 42 ]
Evolución de la estructura del ejército realista.
Liniers
Liniers
Abascal
Abascal
Morillo
Morillo
Calleja
Calleja
Estandartes tipo de regimiento y de batallón de la infantería realista.Lemas:« Por la Religión, la Patria y el Rey », « Viva Fernando VII ». [ 61 ]
Estandarte real de la caballería realista
Cuerpos veteranos — Alto Perú [ 65 ]
Escarapela de los ejércitos realistas.
Infantería en orden cerrado: en línea o batalla.
Infantería en orden abierto: en guerrilla.
El ejército restaurador francés pone fin al Trienio Liberal español el 31 de agosto de 1823 en la Batalla de Trocadero (Cádiz).
Bandera militar de la flota y de fortalezas navales españolas.