El asalto concluyó como un fracaso espectacular y la campaña resultó un golpe humillante al resurgimiento militar español.
[5] En este sentido el objetivo español era ocupar Argel, un puerto berberisco de importancia clave, destacado puerto comercial, centro de piratería en la zona y supuestamente vulnerable.
[7] La invasión fue puesta bajo el mando de Alejandro O'Reilly, un oficial irlandés que desde muy joven había ofrecido sus servicios al ejército español.
[1][10] La flota se hallaba en desorden, lo que retrasó las tareas de desembarco.
[10] Los mandos además cambiaron varias veces de opinión sobre el mejor lugar para hacerlo.
[12] Las tropas españolas desembarcaron en dos oleadas,[13] agobiadas por el sofocante calor del verano.
Una vez en tierra, sin embargo, los españoles toparon con poca resistencia por parte de los argelinos,[13] que efectuaron una retirada fingida.
[8] La flota y las unidades que habían desembarcado rechazaron los dos primeros ataques argelinos a las líneas españolas.
[16] Las bajas eran excesivas y los atacantes aún tenían que superar tres campamentos enemigos antes de alcanzar Argel.
[20] Aun así, muchos españoles fueron tomados prisioneros mientras intentaban volver a sus naves.
[23] Aunque en general las reformas castrenses de Carlos III habían mejorado la posición militar del país, la pobre preparación y liderazgo de O'Reilly hicieron que los argelinos derrotasen al ejército español.