Batalla de El Panecillo

[17]​ El 23 de octubre,[12]​[1]​ Montes, guiado por un realista local llamado Andrés Salvador, decidió seguir una ruta por la cordillera occidental y flanqueo la izquierda patriota para evitar las fortificaciones.Pasaron por el cráter del volcán Ninahuilca y las faldas de la montaña Corazón.[10]​ Respecto de los efectivos patriotas, González Chávez da la cifra más baja, sólo 3600 combatientes.[8]​ Los historiadores decimonónicos Bartolomé Mitre, José Manuel Restrepo y Pedro Fermín Cevallos los cifraban en 6000 efectivos.[24]​ Por último, el historiador chileno Francisco Antonio Encina consideraba que los quiteños jamás movilizaron un verdadero ejército sino «un conglomerado de tropas colecticias», principalmente indios armados con lanzas.[28]​ Ahí construyeron su cuartel general, lugar desde donde Montes podía dirigir varios ataques simultáneos.[32]​[27]​ Viendo a sus dos flancos fracasar, Montes decidió actuar con su centro, colocó 4 cañones para proteger su asalto del cerro y mandó a su vanguardia subir por un costado,[32]​ donde sufrieron una lluvia de rocas, arpones envenenados, bombas, granadas de mano que usaban puntas agudas como metralla y el fuego de artillería cuando intentaron subir cuesta.[6]​ Afortunadamente para los soldados realistas, como el camino que siguieron era casi perpendicular, los disparos de los cañones enemigos fueron inútiles y pronto sus baterías fueron tomadas.[27]​ Como describe Mariano Torrente: «El enemigo [patriota] defendía sus posiciones con desesperado valor, nada inferior al que desplegaron las divisiones realistas en sus cargas impetuosas».[6]​ Al ver la situación perdida, Ortiz ordena retirarse por la falda opuesta, que miraba a la ciudad seguido de una multitud aterrada.Las demás fuerzas patriotas fueron incapaces de auxiliar por la distancia y al perderse El Panecillo, todo el aparato defensivo en plazas, calles y casas donde se esperaba que atacaran los realistas quedó inutilizado,[32]​ pues todos se basaban en aquel cerro como un refugio imposible de tomar.Además, la escasa artillería capturada por Montes sólo podía disparar por cerca de una hora en la ciudad, causando limitados daños.[1]​[2]​ Sin embargo, José Manuel Restrepo dice que fueron 53 los muertos y se ignoraba el número de heridos.[3]​ Montes entró en la ciudad a la jornada siguiente, encontrándose solo algunas mujeres y niños.