Aunque, también antiguamente se usaba batalla para definir cada uno de los grupos en los que era dividido un ejército.
|"Las batallas son monótonas repeticiones del mismo absurdo espectáculo y en muy pocas puede señalarse el triunfo del ingenio sobre la fuerza".| El historiador militar británico Sir John Keegan sugirió una definición ideal de batalla como "algo que ocurre entre dos ejércitos dirigidos por la moral para luego desintegrarse físicamente alguno de ellos" aunque los orígenes y los resultados de muchas batallas raramente pueden ser resumidos así.
Sin embargo, una batalla puede acabar en una victoria pírrica que finalmente favorezca al contendiente derrotado.
Un conflicto en el que uno de los bandos alcanza involuntariamente un objetivo suele terminar convertido en una insurgencia.
Espacio de batalla es un término militar moderno para definir aquella estrategia unificada que integra y combina las fuerzas armadas con el teatro militar de operaciones, incluyendo todos los ámbitos: tierra, mar, aire, información y espacio.
En términos generales, podemos describir los siguientes: Las batallas pueden tener lugar en tierra, mar o aire.
Durante la Segunda Guerra Mundial, las batallas navales y terrestres se han convertido en un soporte aéreo.
[4] Sin embargo, durante las guerras del Imperio romano, los bárbaros continuaron usando métodos que implicaban multitudes desorganizadas (o solo puntualmente organizadas, como para una emboscada).
Por otro lado, los indígenas americanos, no luchaban en líneas, sino que utilizaban en su lugar métodos de guerrilla.
Como consecuencia, las brigadas de elite pasaron a ser unidades reconocidas y distinguidas.
Actualmente, las batallas modernas mantienen un estilo semejante al que imperaba durante la Segunda Guerra Mundial, aunque se han ido agregando los últimos avances tecnológicos.
En la mayoría de batallas navales antiguas el enfrentamiento era llevado a cabo por barcos muy rápidos que usaban un ariete en la proa con el fin de chocar con los barcos enemigos y hundirlos, o bien maniobraban rápidamente para colocarse lo suficientemente cerca como para permitir un abordaje y entrar así en combate cuerpo a cuerpo.
Con el desarrollo de la aviación durante la Segunda Guerra Mundial, las batallas pasaron a tener un nuevo escenario, el aire.
El diseño de aviones se dirigió principalmente en dos sentidos: los bombarderos, capaces de lanzar cargas explosivas a blancos terrestres o a barcos; y los interceptores, que eran utilizados para derribar aviones enemigos o bien para escoltar a los bombarderos hasta su destino (los enfrentamientos entre aviones eran conocidos como “luchas de perros” (del inglés: dog fights)).
Actualmente el helicóptero sigue siendo ampliamente utilizado para transportar unidades terrestres a zonas de difícil acceso para un avión.
Ocasionalmente, las batallas pueden recibir su nombre por la fecha en la que tuvo lugar, como El glorioso 1 de junio.
En la Edad Media se consideraba muy importante escoger un nombre adecuado para las batallas, ya que estos podían quedar inmortalizados por los cronistas.
Estos combates suelen tener lugar dentro de una batalla propiamente dicha y, si bien tienen objetivos concretos, no son necesariamente decisivos.
Algunas veces, los soldados no son capaces de decidir si el enfrentamiento en el que han participado es realmente una batalla o simplemente una acción.
Los efectos psicológicos pueden provocar trastornos mentales graves en aquellos individuos que hayan pasado por situaciones traumáticas durante la batalla.
Por ejemplo, hay muchos supervivientes de una batalla que sufren pesadillas recurrentes o reacciones anormales ante ciertas imágenes y/o sonidos.
También cabe destacar como las batallas pueden afectar a la continuación o final de una guerra.
Entre los artistas especializados en el género estuvieron Sebastian Vrancx,[7] Jacques Callot, Pieter Snayers, Jacques Courtois, Pieter Meulener, Michelangelo Cerquozzi, Adam Frans van der Meulen, etc.[8] Un programa artístico especialmente notable fue la decoración del Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro, donde se situaron obras de Velázquez, Zurbarán, Mayno, etc.