Una primera posibilidad era resistir en sus posiciones los esperados ataques de Belgrano y Zelaya, plan que con seguridad a la larga le traería la derrota.Contra todo lo esperado, tomó una segunda opción, y avanzó por las montañas, presentando batalla en Vilcapugio el 1 de octubre.Aun así, las secciones veteranas del Ejército Auxiliar contuvieron e hicieron retroceder el ala izquierda y centro realista, hasta el punto que el mismo Joaquín de la Pezuela reconocería en sus partes al Virrey del Perú que daba por perdida la batalla, pero su propia ala derecha se mantenía en el campo de acción, y derrotaba a la sección izquierda argentina.Si el Ejército Auxiliar hubiera continuado la persecución de las deshechas tropas virreinales, o atacado la sección del este, que se encontraba en el campo de batalla, la victoria hubiera sido segura.Entre ellos, el mayor general Eustoquio Díaz Vélez, Gregorio Perdriel y Lorenzo Lugones.[6] Acordó con Díaz Vélez que fuese este quien tomara la ruta hacia Potosí y reuniera a los otros hombres dispersos.