(…) Eventualmente, la mayor parte de los bienes expropiados se otorgó a oficiales militares que pedían compensación y recompensa por sus hazañas patrióticas.
Respecto a posibles diferencias provechosas, Bolivia era definitivamente el país más vulnerable, siendo una prioridad para la diplomacia argentina.
En cuanto al gobierno de Argentina, se señaló que Alberto Fernández tomó acciones "incomprensibles y contradictorias, en tanto que primero llamó a la presidenta para expresarle su saludo por haber asumido el gobierno peruano, para después sumarse a esta declaración cuestionando su legitimidad.
Arica vale mucho más si se la quiere tasar (...) Buscando alternativas, los altoperuanos enviaron la secreta «legación legislativa», una comisión para pedirle a Bolívar suspender el decreto del 16 de mayo de 1825 por el que Arica era peruana, pero fallaron, ya que Bolívar no quería provocar más a los limeños.
Por diversas cartas conservadas, se sabe que su plan mayor era promover una alianza entre Ecuador y Nueva Granada para atacar al Perú.
Todos los cuales fueron eventos que generaron muy mala reputación a los peruanos entre la sociedad boliviana, siendo incitados dichos prejuicios y estereotipos por el morbo de la prensa.
[131] Posteriormente Luis Arce hizo una respuesta en la que declaró que no se hizo ni una injerencia, sin embargo, se consideró su respuesta como muy hostil, sobre todo por realizar analogías (vistas ofensivas por la oficialidad peruana) con la Crisis política en Bolivia de 2019, en un intento por justificar su postura contra el gobierno de Dina Boluarte.
Por lo que, en 1903, Perú había intentado tomar parte en la negociación entre Brasil y Bolivia sobre Acre, pretensión rechazada por Río Branco.
[162] En cuanto a tiempos contemporáneos, se dio una prueba para analizar la afinidad hacia diferentes países en el mundo por parte de sus pobladores, donde: 0=Opinión muy desfavorable, y 100=Opinión muy favorable; los respondientes de Brasil otorgaron al Perú 37 puntos, y los del Perú, 62 puntos a Brasil.
[164] En Chile hay antecedentes de una política poco amistosa con Perú desde la rivalidad comercial entre Callao y Valparaíso durante la época colonial, empezando desde bien entrada su independencia un proyecto geopolítico, formulado principalmente por Diego Portales, de posicionar a Chile como el líder del Pacífico Sur, y que para ello, se debía tener una política cautelosa respecto a la hegemonía de otros competidores en su área de influencia, como podrían ser España (que propició a la Expedición Libertadora del Perú y la Guerra hispano-sudamericana) o el Perú (que propició a varios conflictos como la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana y la Guerra del Pacífico).
Fracasado el primer intento chileno de anexarse el archipiélago, Simón Bolívar (dictador del Perú en ese entonces), deseoso de ganarse el favor de la élite peruana, empezó a considerar enviar una expedición para ponerlo bajo la soberanía de Lima,[167][168] en base al uti possidetis iuris (pues Chiloe estaba bajo la administracion directa del Virreinato del Perú, y entonces, a esta republica le correspondía el territorio), antes que España negociara y cediera la isla a Reino Unido o Francia, potencias que se sabía estaban interesadas en ese territorio,[169] o los chilotas intentaran una expedición a alguna región del Pacífico sur.
Fundó Ligas Patrióticas, organizaciones clandestinas inspiradas en el Ku Klux Klan, que expulsaban a peruanos y bolivianos prósperos e influyentes.
[192][193] Pero, aseguro que los Estados Unidos se opondrían a Perú si este tuviera apoyo cubano, no obstante, eso quedaba en lo especulativo.
[216] También se ha afirmado que durante la Inmigración peruana en Chile ha habido una pequeña actitud peruanofóbica por parte de la población chilena.
[219] El gobierno de Chile ha ofrecido garantías para afrontar dicha xenofobia antiperuana durante las ultimas decadas.
8 del Tratado Salomo-Lozano, así como las hostilidades puestas en práctica contra la navegación y el tráfico comercial de los peruanos.
Los gobiernos de José María Velasco Ibarra, León Febres-Cordero Ribadeneyra y Jaime Roldós Aguilera tuvieron una postura abiertamente antiperuana.
En junio de 1903 ya había ocurrido un conflicto armado entre tropas ecuatorianas y peruanas en Angoteros, en la región del río Napo.
Naturalmente, tal expansión territorial solamente podía ser obtenida por una guerra que, en verdad, no estaba en los planes del Barón.
[309][161][310] Aún así, en ningún momento los Estados Unidos consideraron que la revolución peruana se iba a alejar ideológicamente de la cosmovisión del mundo occidental y cristiano, algo reflejado en los documentos secretos.
UU. (Alvarado y Nixon) redujeron diferencias, al coincidir en que Salvador Allende, en Chile, era el enemigo por derrocar.
[326] Sin embargo, AMLO afirmó que no quiere relaciones económicas ni comerciales con los peruanos mientras “no haya normalidad, democracia”,[327] e incluso declaró sentirse orgulloso por ello, a su vez que el partido gobernante, Morena, consideró las medidas peruanas como “un acto de inaceptable hostilidad”.
[338][339][340] El obispo José Higinio Durán y Martel lidero este partido peruanista por considerar que Colombia no tenía los recursos suficientes para consolidar la independencia.
(Camogli, 2006, p. 149/150)Durante la Guerra hispano-sudamericana, Brasil y Uruguay le permitieron a la Armada de España que usaran sus puertos y recibieran servicios que eran criticables, según el derecho internacional, para países neutrales (como brindar aprovisionamiento a la flota española del Pacífico estacionada en Montevideo).
Ante ello, había preocupaciones por la peligrosa posibilidad de que se estuviera planeando más expediciones españolas contra la cuádruple alianza.
Por otro lado, la correspondencia diplomática muestra temor ante los sentimientos antiperuanos y antichilenos en la Triple Alianza, por el cual se rumoreaba que Uruguay, Argentina y Brasil permitirían que se use sus territorios para futuros intentos de España de expandirse hacia la costa del Pacífico.
En suma sus denuestos fueron ásperos y sin reserva… Luego me dijeron que siempre solía hablar así de los peruanos”.
Fue así como decidió separar nuevamente al Perú en dos, segregando los departamentos del sur para formar otra república.
No se quedaría Santo Domingo en inacción y llamaría a sus hermanos para hacer causa común contra un príncipe de Francia.
Ello indicaría la total falta de respeto que tenía Sucre, tanto al gobierno del Perú como a los peruanos.