Santa Alianza

[4]​ Ese mandato se concretaría en un supuesto acuerdo secreto que condenaría a todo régimen liberal y la libertad de prensa, pero ese acuerdo solo se refleja en la historiografía española, sin existir en ningún archivo.

[6]​ Para Renouvin existió al menos el mandato de la Santa Alianza, que no de la Cuádruple dado el rechazo inglés a una intervención, tanto en Verona en 1822 como antes en Troppau y Laibach para dar carta blanca a Austria en las revueltas italianas.

En ambas crisis Gran Bretaña rehusó intervenir en favor de la Alianza al juzgar que sus intereses (esencialmente de comercio internacional) no estaban siendo afectados y que la movilización de sus tropas era determinado por su parlamento y no solo por el rey, en tanto Gran Bretaña no era una monarquía absoluta como Austria, Rusia o Prusia.

Así, al estallar la guerra de independencia de Grecia contra el Imperio Otomano en 1821, la Alianza se pronunció contra la sublevación griega, pero Gran Bretaña y Francia apoyaron informalmente a los rebeldes griegos para salvaguardar sus propios intereses económicos y políticos en el Mediterráneo, zona donde Austria y Prusia tenían escaso poder e influencia.

Aunque Rusia había ayudado a suprimir la Revolución húngara de 1848, Austria no tomó ninguna medida para apoyar a su aliado, se declaró neutral e incluso ocupó las tierras de Valaquian y Moldavian en el Danubio tras la retirada rusa en 1854.

En 1946, el escritor Felix Dassel, echando la vista atrás a dos guerras mundiales, consideraba la Santa Alianza como un astuto diagnóstico de los peligros venideros para el desarrollo europeo.

[8]​ Si bien la Santa Alianza tuvo como objetivo principal suprimir los movimientos revolucionarios y mantener el statu quo en Europa, su impacto en el comercio fue indirecto pero significativo debido a su influencia en la estabilidad política de la región y promover políticas conservadoras.

La alianza promovió políticas conservadoras, que a menudo incluían medidas proteccionistas comerciales.

Estas políticas podrían tanto obstaculizar como apoyar el comercio, dependiendo del país y de sus estrategias económicas.

El retorno a las monarquías tradicionales significó un retroceso en algunas de las políticas económicas liberales que Napoleón había introducido.

Los gobiernos conservadores apoyados por la Santa Alianza tendían a imponer altos aranceles sobre los productos importados, lo que podía obstaculizar el comercio internacional pero potencialmente fortalecer los mercados internos.

Las potencias europeas continuaron expandiendo sus imperios coloniales durante este período, impactando significativamente el comercio global.

La influencia política de la Santa Alianza ayudó a mantener el statu quo colonial, lo que tuvo profundos efectos en los patrones comerciales internacionales.

Los estados fundadores de la Santa Alianza:
Imperio austríaco Reino de Prusia Imperio ruso
Caricatura contemporánea del congreso de Verona, 1822