Este descuido le permitió a Pedro armar un nuevo ejército, combinando las fortalezas del suyo y las de Occidente.
Aunque San Petersburgo asumió su occidentalización, esta fue forzada, por lo cual no pudo demostrar su individualidad, que Pedro tanto admiraba.
La Gran Guerra del Norte, que duró veintiún años, había servido ya para agotar los recursos y la Hacienda rusa.
Las descripciones finales del descubrimiento fueron compiladas después por los navegadores Iván Fiódorov y Mijaíl Gvózdev, que planearon la ruta de su exploración en 1732.
En 1773, un cosaco del Don llamado Yemelián Pugachiov declaró ser el destronado zar Pedro III, rechazando la autoridad de la emperatriz Catalina.
La Carta de las Ciudades probó ser más complicada y, en última instancia, mucho menos acertada que la publicada para los nobles.
Hizo construir el Palacio Pávlovsk para su hijo Pablo, que forma parte del Patrimonio Cultural de Rusia.
Rusia se convirtió en un país capaz de competir a la vez que también rivalizar con sus vecinos europeos en las esferas militares, políticas y diplomáticas.
A pesar de tales realizaciones, el imperio que Pedro I y Catalina II habían construido seguía enfrentando problemas fundamentales.
En 1798-1799, las tropas rusas, comandadas por uno de los generales más famosos del país, Aleksandr Suvórov, realizaron brillantes campañas en la República Cisalpina y en Suiza.
Rusia perdió poco territorio bajo dicho tratado, y Alejandro hizo uso de su alianza con Napoleón para la extensión adicional.
Nicolás careció totalmente de la grandeza espiritual e intelectual del hermano, él hizo su papel, simplemente pues un autócrata paternal que gobernaba a su gente por cualquier medio necesario.
Un grupo, los occidentalizadores (západniki), consideraba que Rusia seguía siendo atrasada y primitiva, carente de constitución, oprimida por la servidumbre, pudiendo progresar solamente europeizándose más.
Para despejar la situación, los aliados decidieron desembarcar en Crimea y atacar la principal base naval rusa en el Mar Negro, Sebastopol.
La industria en general, tuvo una participación mayor que en occidente, pero en sectores específicos se desarrollaba con una iniciativa primitiva, alguna de esta extranjera.
El nuevo campesinado pronto se atrasó en los pagos al gobierno porque la tierra que recibían era pobre y porque los métodos de ganadería rusa eran inadecuados.
El gobierno también puso restricciones en las universidades en 1866 cinco años después de que habían ganado la autonomía los campesinos y siervos.
En la esfera financiera, Rusia estableció el banco del estado en 1866, que dio a la divisa nacional estabilidad y firmeza.
Los refuerzos llegaban desde la Rusia europea en el ferrocarril Transiberiano de vía única, muy lento e interrumpido a la altura del lago Baikal.
Que un país no occidental pudiera derrotar en un conflicto bélico a un poder establecido resultó particularmente inspirador para varios movimientos independentistas anticoloniales alrededor del mundo.
En 1708, en orden de mejorar la maniobrabilidad del vasto Imperio ruso, el Zar Pedro I publicó un ucase (edicto) dividiendo a Rusia en ocho regiones administrativas llamadas gubernias (gobernaciones).
No había uyezd en toda Rusia, tanto las gubernias como los óblasts siberianos y de Asia central se dividieron en ókrugs (literalmente "círculos").
No fue sino hasta 1890 que el zar Alejandro III, envió a México al barón Roman Rozen como ministro plenipotenciario de Rusia.
El último intento heroico para salvar la independencia polaca fue una revuelta nacional en 1794 liderada por Tadeusz Kosciuszko, pero fue aplastada finalmente.
El zar Pablo I también intentó conquistar la ciudad, pero su expedición pésimamente manejada y poco apoyada terminó en un completo fracaso.
Escritores bien conocidos de este periodo, incluyen a: Inokenti Ánenski, Andréi Bely, Valeri Briúsov, Vladímir Mayakovski, Borís Pasternak, Anna Ajmátova, Marina Tsvetáyeva, Serguéi Yesenin, Nikolái Gumiliov, Danil Jarms, Velimir Jlébnikov, Ósip Mandelshtam, Fiódor Sologub y Maksimilián Voloshin.
Aunque el uso de imágenes no desapareció, apuntó a la apreciación entre la intención del arte para la contemplación espiritual y desviar la realidad.
Una de las más notables figuras en este cambio fue Andréi Rubliov, cuyos trabajos se pueden apreciar en la Galería Tretiakov en Moscú y el Museo Estatal Ruso en San Petersburgo.
Se parecía prometer apenas la clase de rotura en un mundo nuevo, y barrer lejos del viejo, que habían estado trabajando para en el arte por años.
Los carpinteros decorativos rusos los utilizaron como modelos pero los combinaron liberalmente con las características de los estilos griego, romano y egipcio.