Nicolás II de Rusia

Durante su reinado el Imperio ruso sufrió un declive político, social y militar, lo que llevó al colapso del régimen imperial.

[2]​ Posteriormente, Nicolás II, su mujer y sus hijos fueron canonizados por la Iglesia ortodoxa rusa fuera de Rusia.

Su abuela María introdujo costumbres inglesas en la familia Románov: gachas en el desayuno, baños fríos y abundante aire fresco.

[5]​ El zarévich fue educado por tutores que le enseñaron idiomas (francés, alemán e inglés), geografía, danza y otras materias.

El consejero de su padre y su antiguo tutor, Konstantín Pobedonóstsev, enfatizaba mucho la absoluta autocracia del zar.

Sus páginas están llenas de pormenores sin importancia, sobre juegos con sus amigos, la temperatura exterior, las distancias recorridas, entre otros.

[10]​ Aunque Nicolás participaba en reuniones del Consejo de Estado, sus obligaciones eran limitadas hasta su subida al trono, que no se esperaba tan pronto, pues su padre apenas tenía cuarenta y nueve años.

[13]​ Nicolás II, al momento de asumir el gobierno, no ostentaba la fuerte y enérgica personalidad de su padre, ni la preparación mínima requerida para una Rusia convulsionada, con conflictos latentes y que ocupaba una arista preponderante en el ámbito internacional.

[cita requerida] Fue muy manipulado por sus tíos y más adelante por su primo, el káiser Guillermo II, quienes se aprovecharon del nuevo e inmaduro gobernante para sacar partido en favor de sus conveniencias.

Aunque intentó ejercer una influencia determinante en Europa Oriental y los Balcanes, la debilidad rusa, puesta de manifiesto durante la Guerra ruso-japonesa (1905) limitaba sus ambiciones.

[16]​ Estableció excelentes relaciones con Francia, su más leal aliado, y con Alemania, gracias a su estrecho parentesco con el emperador Guillermo II; este último fue largamente su consejero de mayor confianza en materia internacional, aunque muy manipulador, resultaba evidente para cualquier operador político más sagaz que el zar, que sus consejos estaban orientados a emplear la influencia rusa para controlar los intereses de otras potencias, muchas veces en beneficio directo de Alemania y socavar la alianza entre Francia y Rusia.

En 1914 el Imperio ruso era la quinta potencia económica (industrial y comercial) del mundo, casi alcanzando a Francia.

Una vez liberado, se trasladó a Ginebra y Londres para fundar las bases del movimiento comunista.

Sviatopolk-Mirski fue destituido y, en su lugar, se nombró a Serguéi Witte como ministro del interior en calidad interina.

La situación no podía ser más compleja para la estabilidad y continuidad del régimen zarista.

Cuando el sucesor de Witte, Piotr Stolypin, disolvió poco después la Segunda Duma, modificando las leyes electorales para asegurarse una composición leal a los intereses zaristas, dejó al descubierto la continuidad del sistema autocrático.

Para disolver la Duma, el zar llamó en 1906 al cargo de ministro de interior a quien sería uno de los hombres más ejecutivos, leales y efectivos que tuvo, Piotr Stolypin, quien tomaría el cargo con gran determinación, partiendo con una fuerte represión contra las huestes revolucionarias en forma tan efectiva (600 ejecuciones) que Lenin mismo vio peligrar la revolución marxista que tanto anhelaba, llevando respiro a la monarquía.

[19]​ Parece probado que sus asesinos, con el príncipe Félix Yusúpov a la cabeza, le dieron pasteles y vino cargados de cianuro.

Después del asesinato de Rasputín, el gobierno monárquico empezó a desintegrarse con abismal rapidez.

Este no aceptó de inmediato y, en cambio, esperó a ser ratificado por una asamblea electa, lo cual nunca ocurrió.

Nicolás II se dejó detener, sin ofrecer resistencia, a su regreso del desmoronado frente.

Pero no solo el Sóviet de Petrogrado se opuso rotundamente, sino que Jorge V finalmente retiró su ofrecimiento, al temer problemas políticos internos y ante la oposición del Partido Laborista.

Antes de partir Kérenski previno a Nicolás II: «Los sóviets desean mi cabeza, después vendrán por usted y su familia».

Sin embargo, los bolcheviques de la cercana Ekaterimburgo, a cuyo frente estaba el dirigente del Sóviet de los Urales Filipp Goloschokin, eran conocidos por su radicalismo y aspiraban a hacerse con el control del zar para encarcelarlo o ejecutarlo ellos mismos.

El trato que recibieron empeoró considerablemente en comparación con sus anteriores destinos, se saquearon sus pertenencias y debían permanecer recluidos en sus habitaciones.

Abajo habíamos vaciado una habitación que tenía un tabique de madera estucado, para evitar el rebote.

Cuando este entró, dijo a los Románov que, como sus parientes en Europa continuaban la ofensiva contra la Rusia soviética, el Comité Ejecutivo de los Urales había decretado fusilarlos.

La orden era apuntar al corazón para evitar el derramamiento de mucha sangre y terminar más rápido.

Nicolás no dijo una sola palabra más, de nuevo se volvió cara a su familia, otros lanzaron exclamaciones incoherentes.

Los partidarios de la canonización piensan que Rusia es culpable ante el ungido por haber acogido con indiferencia su ejecución en 1918 y ahora debe expiar esta culpa.

María Fiódorovna con su hijo Nicolás en 1870.
Nicolás en 1890.
El zarévich Nicolás y la princesa Alix en 1894.
Nicolás II, su madre, la emperatriz viuda María Fiódorovna Románova en el Palacio de Alejandro siendo visitado por el rey de Siam, Chulalongkorn , y su familia. 1897
L. Tuxen . "La coronación de Nicolás II el 14 de mayo de 1896". 1898. Museo Estatal del Hermitage , San Petersburgo
Retrato de Nicolás II coronado (1896)
Nicolás II (derecha) con Guillermo II de Alemania en 1905; tienen cada uno las vestimentas intercambiadas.
Nicolás II asiste a una sesión del Consejo de Estado el 7 de mayo de 1901. Óleo de Iliá Repin , 1903
La Flota del Báltico rusa fue aniquilada por los japoneses en la batalla de Tsushima .
Fotograma de una película de 1925 que representa a la guardia de palacio disparando a los obreros el 22 de enero de 1905.
Serguéi Witte hacia 1905.
Fuerzas cosacas durante la Gran Guerra . 1914
Nicolás II reunido en el Cuartel General con los comandantes jefes de los frentes. 1916
Rasputín rodeado de admiradoras.
Texto de la abdicación del zar en el periódico Rússkoie slovo .
Nicolás II prisionero en Tsárskoye Seló (al fondo sus guardianes).
Yákov Sverdlov ordenó el traslado de la familia imperial a Ekaterimburgo y gestionó personalmente su asesinato.
La Casa Ipátiev hacia 1928. En 1977, el primer secretario de la región, Borís Yeltsin , ordenó su demolición.
Iglesia sobre la Sangre , construida sobre el lugar donde Nicolás II de Rusia y su familia fueron asesinados.
Lápidas que marcan el entierro del zar Nicolás II y su familia en la capilla de Santa Catalina de la Catedral de San Pedro y San Pablo de San Petersburgo .
Monograma del zar Nicolás II de Rusia