[8] Alumno ejemplar, Kérenski obtuvo buenas notas en casi todas las asignaturas, pero descolló especialmente en las actividades dramáticas.
[8] En 1899 finalizó su formación secundaria y partió a la capital; se graduó en derecho por la Universidad de San Petersburgo en 1904.
[1] Habiendo abandonado su anterior tradicionalismo de provincias, el joven Kérenski decidió no buscar empleo en la administración imperial, sino entrar a trabajar en una organización privada que ofrecía ayuda legal.
[1] Tras la matanza del Domingo Sangriento rompió con el régimen autocrático y comenzó a participar en actividades revolucionarias, por lo que fue arrestado.
[1] Tras su liberación en 1906, decidió abandonar sus actividades subversivas clandestinas y concentrarse en la oposición legal al régimen.
[13] En 1915 retomó su oposición al Gobierno ante los reveses militares, que revelaron la incapacidad bélica del Zarato.
[3] Su influencia en la Duma, centrada en conspiraciones elitistas para cambiar la situación, fue escasa y no participó en el Bloque Progresista.
[10][18] Sus acciones como ministro, a menudo tomadas sin coordinación con el Sóviet de Petrogrado y en ocasiones poco más que golpes de efecto, hicieron que sus relaciones con el comité ejecutivo del consejo fuesen tensas.
[19] Los dirigentes mencheviques, que controlaban en la práctica el Sóviet de Petrogrado, no confiaban en Kérenski.
[22] En un gesto de dramatismo, Kérenski renunció a su puesto como vicepresidente del Sóviet para aceptar inmediatamente su reelección por aclamación.
[23] Kérenski se mantuvo en el Gobierno sin representar al partido[20] e ingresó a título personal.
[24] En su ministerio, Kérenski se concentró en evitar el procesamiento de los antiguos funcionarios zaristas para disipar los temores de los liberales por una posible imposición del terror revolucionario y a redactar un marco legal modélico.
contenía destacados dirigentes socialistas (entre ellos, el menchevique Irakli Tsereteli y el socialrevolucionario Víctor Chernov) y se hallaba listo para emprender nuevas actividades bélicas, con Kérenski como nuevo ministro de Defensa.
[29] Aunque para el Partido Social-Revolucionario (PSR) Kérenski debía servir para plantear las reclamaciones al Gobierno, su inclinación a primar la autoridad del Consejo de Ministros frente a la del Sóviet de Petrogrado hizo que la situación se invirtiese: Kérenski se convirtió a menudo en un medio del Gobierno para plantear sus solicitudes de moderación al Sóviet.
[30] Kérenski mantenía la primacía del Estado sobre los partidos y sostenía una postura más moderada que el PSR en su conjunto.
[31] Décadas después del periodo revolucionario, Kérenski admitió su error al haber permanecido como miembro formal del PSR en vez de haberse presentado como una figura neutral defensora de los intereses estatales ante las luchas partidistas.
[37] La humillación de Kérenski lo llevó a acentuar su alejamiento del partido, su neutralidad de su actitud en el Gobierno y el rechazo a seguir las directrices del partido en su actividad ministerial.
[46] En ese instante tuvo la oportunidad de relacionarse estrechamente con el zar Nicolás II —ya abdicado— y su familia, que estaban prisioneros en Tsárskoye Seló, y manifestó un grado de aprecio a la familia imperial; realizó así en forma oculta los trámites de exilio por medio del canciller del Gobierno provisional, Pável Miliukov, con resultados negativos.
También mantuvo contactos con Gran Bretaña y Alemania para que acogieran a la familia imperial, pero fueron ignorados.
El fracaso del golpe desacreditó a los políticos moderados y supuso un resurgimiento de los radicales.
[54] Las sospechas de que había estado involucrado en los planes del comandante en jefe lo desacreditaron notablemente.
Pero Kérenski y otros líderes políticos se sintieron obligados a cumplir los compromisos establecidos con sus aliados para continuar la guerra contra Alemania, temiendo acertadamente, además, que esta demandaría enormes concesiones territoriales como precio para la paz.
[55] Más adelante, en octubre, la mayoría de estos obreros se pasarían al bando bolchevique.
Capturaron Tsárskoye Seló, pero fueron derrotados sin derramamiento de sangre al día siguiente, en Púlkovo.
Durante la guerra civil rusa no apoyó a ninguno de los bandos: se oponía tanto al régimen bolchevique como a los generales reaccionarios del Movimiento Blanco que pretendían restaurar la monarquía.
[61] Kérenski, recibido con frialdad por franceses, británicos y por la comunidad rusa en el exilio, hubo de permanecer en Gran Bretaña ante la imposibilidad de enviarlo a los Estados Unidos, que no deseaban su presencia allí, o de devolverlo a Rusia sin que el Gobierno británico quedase asociado a su figura.
[53] Kérenski vivió en París hasta 1940, enzarzado en las eternas disputas y escisiones de los líderes democráticos rusos del exilio.
Cuando la Alemania nazi invadió la Unión Soviética al año siguiente, Kérenski ofreció su ayuda a Stalin, mas sin recibir respuesta alguna.
Tras la guerra organizó un grupo llamado la Unión para la Liberación de Rusia, sin obtener mucha repercusión.
El cuerpo de Kérenski fue entonces trasladado a Londres, donde sería enterrado en un cementerio aconfesional.