Las Potencias Centrales o Imperios Centrales es una designación atribuida a la coalición formada por los imperios alemán y austrohúngaro durante la Primera Guerra Mundial, a la cual se añadieron más tarde el Imperio otomano y el Reino de Bulgaria.
El nombre está relacionado con la posición central ocupada por Alemania y Austria-Hungría en el continente europeo.
Esta última abandonó la alianza en el verano de 1914, declarándose país neutral.
Así, del Imperio austrohúngaro surgieron Austria, Hungría, Checoslovaquia y parte del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos.
Únicamente algunos permanecieron independientes: la Segunda República Polaca, Finlandia, Estonia, Lituania y Letonia (estos tres últimos fueron anexados por la Unión Soviética en 1940).