En Letonia y Estonia, una "Asamblea General Provincial" consistente en aristócratas de origen germano-báltico había solicitado al emperador alemán Guillermo II, reconocer las provincias bálticas como una monarquía conjunta y un protectorado alemán.
La Finlandia independiente inicialmente tenía, como las provincias bálticas, estrechos lazos con el Imperio alemán.
Alemania también había intervenido en la guerra civil finlandesa, a pesar de su propia precaria situación.
El miembro del Parlamento finlandés Gustaf Arokallio sugirió la designación monárquica de "Carlos I, Rey de Finlandia y Karelia, Duque de Åland, Gran Duque de Laponia, Señor de Kaleva y el Norte" (en finés: Kaarle I, Suomen ja Karjalan kuningas, Ahvenanmaan herttua, Lapinmaan suuriruhtinas, Kalevan ja Pohjolan isäntä; en sueco: Karl I, Kung av Finland och Karelen, hertig av Åland, storhertig av Lappland, herre över Kaleva och Pohjola).
Durante la I Guerra Mundial, el Imperio alemán participó en la creación de varios estados satélites clientelares en territorios que anteriormente habían pertenecido al Imperio ruso.