En 1946 se abolió la monarquía, su último zar fue enviado al exilio y el reino fue reemplazado por una República Popular.
El enfrentamiento por el control de este territorio se extendió hasta la Primera Guerra Mundial.
En 1903 se produjo una rebelión fomentada por Bulgaria en Macedonia que pareció iba a desencadenar un enfrentamiento por el territorio.
[3] En 1911 el primer ministro Nacionalista Ivan Geshov decidió formar una nueva alianza con Grecia y Serbia para enfrentarse al Imperio otomano, a pesar de las disputas territoriales entre ellos.
El desmantelamiento del Imperio Otomano y de Bulgaria originó tensiones igualmente peligrosas en el sureste europeo.
[7][8][9] Serbia se convirtió en el principal enemigo de los nacionalistas búlgaros al lograr el grueso del territorio macedonio ambicionado por estos.
[17] Al golpe contra Stamboliski le siguieron una serie de Gobierno autoritarios aunque formalmente constitucionales.
Boris mantuvo al país alejado del nuevo conflicto mundial hasta la primavera de 1941, cuando la inminente ofensiva contra Grecia y la inclusión de los países vecinos en el Pacto Tripartito hizo que suscribiese este también, aliándose con el Eje.
La participación militar búlgara en las campañas fue escasa, sirviendo principalmente como guarniciones en los territorios cedidos para su administración (Macedonia, parte del sur de Serbia y Tracia).
Estos intentos fracasaron y las unidades soviéticas pronto entraron en Bulgaria, entregando el poder al opositor Frente Patriótico.