Conferencia Estatal de Moscú

[2]​ El respaldo a la política de coalición con las fuerzas burguesas menguaba entre los socialistas moderados.[12]​ Para los kadetes, la unidad nacional se debía realizar mediante la aceptación de su programa.[3]​ El objetivo del primer ministro era tratar de acercar posturas y reforzar a los moderados en los que se sustentaba.[12]​ Los socialistas moderados, en especial los mencheviques, tampoco esperaban grandes resultados de la conferencia.[2]​ Al principio el partido se había planteado asistir y abandonar la reunión en la primera ocasión pero, cuando los partidos socialistas mayoritarios del VTsIK aprobaron que ninguno de sus miembros podría intervenir sin permiso, desecharon la idea.[20]​ Las autoridades detuvieron brevemente a dos grandes duques de la antigua familia imperial, supuestamente implicados en una conspiración de la derecha; al no encontrarse pruebas, se les liberó rápidamente.gran parte de los obreros fabriles se sumaron a la protesta, así como los transportes[5]​[21]​[16]​ o los restaurantes[5]​[16]​ y cafeterías.[20]​ Esta dejó patente la actitud del proletariado de la ciudad y el resurgir bolchevique.[7]​[21]​ En una de las primeras intervenciones, Miliukov arrancó grandes aplausos y ovaciones con su dura crítica del Gobierno, al que creía culpable de no tomar las medidas necesarias para mantener el orden y asegurar las propiedades.[29]​ Si bien estos deseaban la restauración de la antigua disciplina militar zarista, unos como Rodzianko deseaban acabar con toda la propaganda política entre las tropas, mientras que otros como los kadetes se oponían a esto.[30]​ En el crucial asunto del apoyo a Kérenski y su Gobierno, los grupos no socialistas se mostraron asimismo divididos entre aquellos que creían necesario prestar su apoyo al Consejo de Ministros y los que se inclinaban por una alternativa autoritaria de derecha.[33]​ Entre estos, destacaban el abastecimiento de cereales a las ciudades,[36]​ el estado de los ferrocarriles,[37]​ la situación del proletariado urbano —radicalizado por la crisis económica—[38]​ o la causibancarrota del tesoro ruso —debida en gran parte a los gastos bélicos—.[25]​ Autoridades municipales, destacados delegados liberales y conservadores,[41]​ oficiales,[41]​ delegaciones de organizaciones patrióticas, cadetes de la ciudad y damas elegantes[41]​ recibieron junto con una banda al general, al que acompañaba su guardia turcomana.[43]​ Insatisfecho con su respuesta, le telefoneó esa misma noche para advertirle de que se limitase a informar sobre la situación del frente y asuntos estrictamente militares.[43]​[41]​[40]​[44]​ El primer ministro repitió su advertencia al día siguiente, momentos antes de que el general tomase la palabra en la conferencia.[28]​ Kérenski cerró la conferencia en un último encendido discurso, largo[45]​ y errático, en defensa de la concordia[27]​ que los delegados cortaron finalmente con una ovación, más para acabar con la situación que por apoyo al primer ministro.[5]​[28]​ Desmayado en su asiento al final del discurso, se llamó a un médico para que le atendiese.[43]​[16]​ Sirvió fundamentalmente para dejar patente las divisiones sociales rusas y confirmar el respaldo decidido de la derecha al general Kornílov.
El teatro Bolshói de Moscú , sede de la conferencia. La ciudad se encontraba medio paralizada por una amplia huelga convocada por los bolcheviques —que no acudieron a la conferencia— y los sindicatos.
Kérenski , primer ministro del Gobierno provisional , retratado durante la conferencia por Yuri Artsybúshev . Sus exaltados intentos de dar sensación de fortaleza y de reforzar al Gobierno resultaron infructuosos.
Calurosa recepción de los partidarios del comandante en jefe, general Lavr Kornílov , a este en la estación de ferrocarril Aleksándrovski (hoy Bielorusski) de Moscú.