Conferencia Estatal de Moscú

[2]​ El respaldo a la política de coalición con las fuerzas burguesas menguaba entre los socialistas moderados.

[12]​ Para los kadetes, la unidad nacional se debía realizar mediante la aceptación de su programa.

[3]​ El objetivo del primer ministro era tratar de acercar posturas y reforzar a los moderados en los que se sustentaba.

[12]​ Los socialistas moderados, en especial los mencheviques, tampoco esperaban grandes resultados de la conferencia.

[1]​ Banqueros e industriales (ciento cincuenta)[18]​ tenían más representantes que los sóviets y los diputados de las Dumas imperiales eran cuatrocientos ochenta y ocho,[18]​ casi un quinto del total.

[2]​ Al principio el partido se había planteado asistir y abandonar la reunión en la primera ocasión pero, cuando los partidos socialistas mayoritarios del VTsIK aprobaron que ninguno de sus miembros podría intervenir sin permiso, desecharon la idea.

[20]​ Las autoridades detuvieron brevemente a dos grandes duques de la antigua familia imperial, supuestamente implicados en una conspiración de la derecha; al no encontrarse pruebas, se les liberó rápidamente.

gran parte de los obreros fabriles se sumaron a la protesta, así como los transportes[5]​[21]​[16]​ o los restaurantes[5]​[16]​ y cafeterías.

[20]​ Esta dejó patente la actitud del proletariado de la ciudad y el resurgir bolchevique.

[7]​[21]​ En una de las primeras intervenciones, Miliukov arrancó grandes aplausos y ovaciones con su dura crítica del Gobierno, al que creía culpable de no tomar las medidas necesarias para mantener el orden y asegurar las propiedades.

[30]​ En el crucial asunto del apoyo a Kérenski y su Gobierno, los grupos no socialistas se mostraron asimismo divididos entre aquellos que creían necesario prestar su apoyo al Consejo de Ministros y los que se inclinaban por una alternativa autoritaria de derecha.

[33]​ Entre estos, destacaban el abastecimiento de cereales a las ciudades,[36]​ el estado de los ferrocarriles,[37]​ la situación del proletariado urbano —radicalizado por la crisis económica—[38]​ o la causibancarrota del tesoro ruso —debida en gran parte a los gastos bélicos—.

[25]​ Autoridades municipales, destacados delegados liberales y conservadores,[41]​ oficiales,[41]​ delegaciones de organizaciones patrióticas, cadetes de la ciudad y damas elegantes[41]​ recibieron junto con una banda al general, al que acompañaba su guardia turcomana.

[43]​ Insatisfecho con su respuesta, le telefoneó esa misma noche para advertirle de que se limitase a informar sobre la situación del frente y asuntos estrictamente militares.

[43]​[41]​[40]​[44]​ El primer ministro repitió su advertencia al día siguiente, momentos antes de que el general tomase la palabra en la conferencia.

[28]​ Kérenski cerró la conferencia en un último encendido discurso, largo[45]​ y errático, en defensa de la concordia[27]​ que los delegados cortaron finalmente con una ovación, más para acabar con la situación que por apoyo al primer ministro.

[5]​[28]​ Desmayado en su asiento al final del discurso, se llamó a un médico para que le atendiese.

[43]​[16]​ Sirvió fundamentalmente para dejar patente las divisiones sociales rusas y confirmar el respaldo decidido de la derecha al general Kornílov.

El teatro Bolshói de Moscú , sede de la conferencia. La ciudad se encontraba medio paralizada por una amplia huelga convocada por los bolcheviques —que no acudieron a la conferencia— y los sindicatos.
Kérenski , primer ministro del Gobierno provisional , retratado durante la conferencia por Yuri Artsybúshev . Sus exaltados intentos de dar sensación de fortaleza y de reforzar al Gobierno resultaron infructuosos.
Calurosa recepción de los partidarios del comandante en jefe, general Lavr Kornílov , a este en la estación de ferrocarril Aleksándrovski (hoy Bielorusski) de Moscú.