Esta ciudad, a diferencia de Moscú, era una ciudad portuaria y también tenía edificios modernos, en contraste con los edificios medievales de Moscú.
San Petersburgo se convirtió primero en la capital del Zarato y luego del imperio, el centro de la vida política, cultural y social.
Mientras tanto, los viejos boyardos, a quienes no les gustaba San Petersburgo y vivían en Moscú, ganaron fuerza.
Además, la abuela del emperador Pedro II, Evdokia Lopukhin, fue encarcelada en el Convento Novodevichy de Moscú.
Esto provocó el traslado de Pedro II y su corte a Moscú.