[1][2] Durante las repúblicas federales, el titular del ejecutivo ha sido denominado como Presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
[5][6] Además, cuando hubo vacancia en el puesto, se ha recurrido a diferentes cargos corporativos o individuales para cubrir interinamente la jefatura del poder ejecutivo, mediante regencias, juntas, triunviratos o jefaturas provisionales.
Incluso en cuatro momentos de su historia, han existido a la vez dos titulares del Ejecutivo, paralelos, encabezando facciones diferentes en guerras civiles o externas.
Los presidentes admiten a su vez otra clasificación, atendiendo al origen de su mandato.
Muchas han sido las variantes, complicadas por las contradicciones que confunden las diversas denominaciones.
[12][13] Tras la abdicación del emperador Agustín de Iturbide, el Congreso Constituyente formó un gobierno provisional depositado en tres personas (un triunvirato); pero como varios de los nombrados no estaban en la capital, se nombraron suplentes para ocupar sus lugares interinamente.
En esta ocasión se hizo llamar "Su Alteza Serenísima" y restauró las Siete Leyes centralistas.
El período de la Reforma estuvo marcado por los conflictos mediante los cuales los liberales se impusieron sobre los conservadores del siglo XIX.
En ellas se elegían a los miembros del colegio electoral que tendrían derecho a votar en las elecciones secundarias, las cuales se celebrarían el lunes siguiente al segundo domingo de julio, en el caso de la elección del presidente.
Por el contrario ningún ciudadano originario de Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Chiapas, Chihuahua, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Nayarit, Quintana Roo, Sinaloa, Tlaxcala y Yucatán han alcanzado la Presidencia de la República.
Primero porque la estructura, funciones y composición de dichos institutos políticos como los conocemos hoy en día, no existieron sino hasta el siglo XX; y segundo, las características de los primeros grupos denominados «partidos» en el siglo XIX no funcionaron como tal sino hasta la segunda mitad de dicha centuria.
Sin embargo, aun cuando las nuevas legislaciones crearon las figuras de los partidos políticos para organizar y facilitar la participación ciudadana, nunca ha sido requisito constitucional para acceder a este o algún otro puesto.
En este apartado la principal consideración es separar a aquellos presidentes emergentes (sustitutos, interinos y provisionales) cuyos cargos correspondían al que, por mandato de ley, cubría la ausencia del presidente titular; y aquellos que electos constitucionalmente, tenían otro cargo antes de tomar posesión.
Aunque es preciso matizar los siguientes aspectos; que solo 25 de ellos estuvieron enteramente dedicados a la carrera militar (alternada con la política por supuesto); y de estos, solo 23 tuvieron una formación académica enteramente militar.
Todo ello en gran medida porque la educación postcolonial estaba en manos del clero y el ejército.
Por supuesto aparecen también aquellos gobernantes nacidos en círculos sociales que priorizaban la educación privada que formaba para actividades de tipo familiar como administrar haciendas o negocios, muy común en los siglos XVIII y XIX.
En este rubro sobresale la formación recibida por Maximiliano de Habsburgo, quien como todos los herederos a un trono, son formados como eventuales gobernantes, es decir, en áreas dedicadas al ejercicio del poder político.
[150] Más allá de las carreras estudiadas, las profesiones u oficios han variado, entregando casos de quienes fueron hacendados, empresarios, escritores, historiadores, arrieros, catedráticos, maestros y rectores universitarios.
[151] Salvo la constitución de las Siete Leyes, todos los regímenes constitucionales, establecían como edad mínima para aspirar al cargo la de treinta y cinco años, la mencionada carta magna del gobierno conservador la ubicaba en 40.
Sin embargo los cuatro gobernantes más jóvenes de la historia, tenían una edad menor debido a distintas circunstancias.
Tal y como funcionan los sistemas de gobierno monárquicos, que no piden, ni especifican edad para acceder al trono, resulta natural que Maximiliano I accediera a él a los 31 años.
Francisco León de la Barra es el único presidente transitorio que perdió una elección para ser titular (1911).
Álvaro Obregón había sido elegido originalmente para dicho sexenio, luego de su muerte antes de tomar posesión, Emilio Portes Gil, presidente interino, convocó a elecciones para completar el periodo original, no obstante, ante la renuncia del elegido Pascual Ortiz Rubio (1932), el mandatario sustituto, Abelardo L. Rodríguez, concluyó el tiempo determinado y convocó a elecciones para un mandato nuevo (1934-1940).
En el otro extremo, las reelecciones permitieron a Juárez y Díaz superar cualquier registro de periodos continuos o acumulados.
En suma, y hasta la actualidad solo 21 presidentes concluyeron el periodo constitucional para el que fueron elegidos, junto con los dos ya mencionados: Manuel González, Porfirio Díaz (el último periodo no lo concluyó por renuncia), Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas, Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán Valdés, Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador.
[nota 20] Todas las constituciones han contemplado la solicitud de licencias para separarse temporalmente del cargo, con permiso del congreso; la totalidad de estas solicitudes se dieron en el siglo XIX, la mayoría para, en cumplimiento también a la ley suprema, encabezar al ejército en un conflicto armado.
Salvo los dos presidentes que murieron en el cargo (Juárez y Carranza), la salida del puesto de los otros electos constitucionalmente se produjo por las siguientes razones.
[160] En lo que respecta a aquellos presidentes interinos, provisionales, sustitutos, de facto o los vicepresidentes en ejercicio del puesto, la mayoría abandonó el cargo una vez regresó el titular de una licencia o se restableció el orden constitucional por medio de elecciones; sin embargo, hubo casos en los que incluso ellos abandonaron el cargo por razones ajenas al mandato temporal que se les había conferido.
Las dos juntas acontecieron en las ciudades fronterizas de Ciudad Juárez y El Paso respectivamente.
El gobierno contrató al propio Toscano, quien ya contaba con una larga trayectoria como documentalista, para grabar imágenes del evento.