De nueva cuenta, el Congreso transgredió el orden constitucional al aceptar oficialmente estos sucesos.
Su estrategia funcionó, para mediados de mayo, José María Calderón tuvo que levantar el sitio de Veracruz pues su ejército había sido diezmado por la lluvia, el calor, los mosquitos y las enfermedades.
[9] A pesar de que el plan fue repudiado, en un principio, por las guarniciones de Toluca, Tejupilco, Puebla, Guanajuato, Querétaro, Michoacán, Tlaxcala, Jalisco, Acapulco, Oaxaca y Aguascalientes,[10] poco a poco, comenzaron las adhesiones.
Mientras tanto, el general Manuel Mier y Terán y el gobernador de San Luis Potosí, Zenón Fernández comenzaron a preparar tropas para enfrentar a Moctezuma, en primera instancia se enviaron comisionados para entablar un diálogo con los rebeldes.
Gómez Farías y García Salinas convencieron al general Ignacio Inclán para que este se pronunciara en Lerma, pero su movimiento fue pacificado por Mariano Arista.
[15] Manuel Mier y Terán que enfrentaba adicionalmente a los colonos de Texas que se habían pronunciado por el Plan de Veracruz intentó extender el armisticio con Esteban Moctezuma, pero este último se negó.
[16] El 9 de julio, el coronel Antonio Barragán se unió a la sublevación en Valle del Maíz.
[17] Mientras las negociaciones en Puente Nacional habían llegado a un impasse, en San Luis Potosí, Moctezuma derrotó a las fuerzas del gobierno en el Pozo de los Carmelos, durante esta acción murió el general Pedro Otero.
[18] El 6 de agosto, el vicepresidente Bustamante solicitó licencia al Congreso para tomar el mando del ejército y enfrentar personalmente la rebelión.
Pocos días después, la victoria volvió a favorecer a Santa Anna al confrontar al comandante y gobernador Juan José Andrade, quien había intentado detener el paso de las fuerzas rebeldes hacia la capital.