Para estas elecciones, el presidente Venustiano Carranza impulsó la candidatura ciudadana del exembajador de México en Estados Unidos Ignacio Bonillas, pues consideraba sumamente necesario eliminar de una vez el imperante militarismo en la política.
Cómo según llegó a declarar; «ningún militar será Presidente de la República», dicha candidatura molestó severamente a los partidarios de Álvaro Obregón (quien buscaba ser candidato a la Presidencia).
Este conflicto se desencadenó con la Revolución de Agua Prieta impulsado por varios jefes militares fieles a Obregón, y culminó con el asesinato del presidente Carranza en su intento de refugiarse en Veracruz (puesto que la toma de la capital por los obregonistas era inminente).
Después de una Junta de Gobierno se designó a Adolfo de la Huerta como Presidente sustituto, quien convocó a elecciones en las que triunfó Obregón.
Finalmente, De la Huerta le cedió el poder pacíficamente.