Según la primera versión, el nombre proviene de las cartas puebla, con las que los monarcas españoles daban permiso a los conquistadores para fundar nuevas ciudades.
El área donde se encuentra la ciudad posee diferentes eminencias topográficas que la limitan en tres de cuatro extremos.
Si esto es cierto, se puede decir que los ocupantes del valle de Tehuacán tuvieron muy tempranos contactos con Sudamérica.
En cambio, en la Sierra Madre Oriental, Cantona tomaba el relevo como una de las grandes ciudades del epiclásico mesoamericano.
Ayudados por los indígenas, los invasores se refugiaron en Tlaxcala desde donde atacaron algunas poblaciones con presencia mexica o aliadas a Tenochtitlan, entre ellas Huexotzinco, Tepeaca, Itzocan y Cuauhquechollan.
En ese año la Audiencia nombró un corregidor para Puebla, Tlaxcala y Cholula que sesionaría con un cabildo propio.
[29] Tras el fusilamiento de los primeros jefes insurgentes en 1811, en Puebla se fortalecieron los incipientes brotes rebeldes que habían surgido en la Sierra Norte.
El enfrentamiento duró más de tres horas, Máximo Serdán pierde la vida el mismo día, su hermano Aquiles al día siguiente, en tanto que su hermana Carmen y la madre de ellos doña Carmen Alatriste fueron conducidas a la cárcel.
El límite poniente del valle de Puebla es la Sierra Nevada, formada esencialmente por los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl.
Entre los cerros que conforman la Sierra Mixteca —formada en realidad por numerosas cordilleras— se encuentran varios valles de clima cálido semiseco.
Las temperaturas cálidas se deben a una menor altitud en comparación con ámbitos geográficos como el valle de Puebla.
[54] En contraste, la entidad recibió más de 96 mil inmigrantes provenientes de otras partes del país[55] y del extranjero; en el estado residen principalmente comunidades españolas, italianas, libanesas, estadounidenses, alemanas, francesas, guatemaltecas, coreanas y salvadoreñas.
El proyecto del Código se conformaba por los licenciados: Benjamín del Callejo Bandala, León Dumit Espinal, Sergio R. Flores Olliver, Gustavo Hernandéz Sarmiento, Antonio Martínez Álvarez y Álvaro Zambrano Vázquez; y fue presidida por José M. Cajica Camacho.
Esta monja habría creado el platillo en ocasión de la visita del obispo a su congregación.
[98] La técnica tiene su origen en la época virreinal, aunque la costumbre de emplear el papel como elemento en los rituales tiene sus resabios prehispánicos.
Por otra parte, en el sur del estado se encuentra la producción alfarera de la Mixteca Poblana.
Se lleva a cabo en el auditorio al aire libre Netotiloaya (Plazuela de la Danza).
En Puebla existen varios sitios arqueológicos aunque solo algunos se encuentran abiertos a la visita del público.
En las construcciones virreinales poblanas existen obras de gran calidad que se integran a la arquitectura del lugar, como testifican las numerosas edificaciones religiosas en todo el estado.
[105] El arte poblano contemporáneo cuenta con mucha menor difusión que las artes de tiempos pasados.
[106] Hace tiempo, cuando los aztecas dominaban el Valle de México, los otros pueblos debían obedecerlos y rendirles tributo, pese a su descontento.
Popocatépetl venció en todos los combates y regresó triunfante a su pueblo, pero al llegar, recibió la terrible noticia de que la hija del cacique había muerto.
El joven le dio un beso póstumo, tomó una antorcha humeante y se arrodilló en otra montaña frente a su amada, velando su sueño eterno.
Durante muchos años y hasta poco antes de la Conquista, las doncellas muertas por amores desdichados eran sepultadas en las faldas del Iztaccíhuatl.
Mirnha era de color casi blanco, cabellos claros, frente espaciosa, ojos vivos, nariz bien delineada y garboso andar.
Se educó cristianamente y más que sirvienta, la vieron en todas partes como miembro de la familia Sosa.
Casó con un esclavo de origen chino, Domingo Suárez, con el cual se rehusó a hacer vida marital.
Los colores verde, blanco y rojo fueron adoptados más tarde, de la Bandera Nacional, una vez que México alcanzó su independencia en el siglo XIX.
Pero la tradición ha dejado el traje, que sigue siendo usado a través de los siglos por las mujeres mexicanas.
También existe un zoológico llamado africam en donde se puede apreciar la vida de diversas especies salvajes en un hábitat al aire libre.