Plan del Hospicio

Sin embargo, este proyecto se veía interrumpido por la división ideológica entre conservadores y liberales.

Los conservadores eran enemigos directos de cualquier reforma que buscara alterar el orden político existente – privilegios para Iglesia y Ejército.

A todo gobierno que secundara el plan le daba las facultades para organizarse bajo las bases expuestas en el plan, con el fin de ayudar en la defensa de los estados fronterizos, así como para regenerar a la República.

Mariano Arista trató de hacerle frente al Plan aumentando las contribuciones directas un 50 por ciento, pero el Congreso no aprobó dicha medida, tampoco le otorgó facultades extraordinarias.

Su sucesor Juan Bautista Ceballos renunció a los 30 días de gobierno, habiendo disuelto las Cámaras; seguido por Manuel María Lombardini, el cual depuso a los gobiernos de Jalisco, Sinaloa, Durango, Chihuahua, Tamaulipas, Michoacán y San Luis Potosí.

El presidente Mariano Arista fue desconocido por el Plan del Hospicio.
General Juan Bautista Ceballos, sucesor del presidente Arista.
El presidente Manuel María Lombardini entregó la presidencia a Santa Anna.
Antonio López de Santa Anna asumió por última vez la presidencia de México en 1853.