Asesinato de Álvaro Obregón

Esta reforma desató polémicas entre la población por estar expresamente hecha para permitir una posible reelección de Álvaro Obregón.

Entre sus leyes establecía la necesidad de una autorización gubernamental para ser sacerdote y otra para poder oficiar actos religiosos.

Para impulsar su candidatura propuso avances en la reforma agraria, alentar la industrialización, la inversión extranjera y las medidas proteccionistas.

[n 1]​ Tanto Gómez como Serrano eran antiguos aliados de Obregón y habían servido bajo sus órdenes en el ejército constitucionalista.

[7]​[8]​[14]​ Ya desde este año se habían llevado a cabo varios atentados en contra del general, algunos orquestados por grupos religiosos y otros planeados por rivales políticos.

Una persona irrumpió en su gabinete de viaje y disparó contra la litera inferior, suponiendo que su víctima descansaba en ella, sin embargo el general se encontraba en la cama superior.

[7]​[15]​[18]​[19]​ La autoría del atentado fue atribuida a Luis Segura Vilchis, Juan Tirado y Nahúm Lamberto Ruíz.

El automóvil que los perpetradores usaron para la fuga era un Essex número 10101 comprado a Humberto Pro Juárez cinco días antes.

[34]​ Al día siguiente, lunes 16 de julio, buscó otra oportunidad para cometer el magnicidio.

Al ver partir a la comitiva abordó un taxi para seguirlos hasta Avenida Tizapán, actualmente Avenida Baja California, en donde perdió el rastro del general, pero intuyó que se dirigía a La Bombilla, según declaró posteriormente.

[1]​[14]​ En el jardín del restaurante se colocaron cuatro mesas para recibir a la comitiva, que sería resguardada únicamente por tres agentes.

En ese momento Toral sacó su pistola con la mano derecha y realizó seis disparos en su contra.

Los más próximos a Toral lo detuvieron y muchos de los presentes sacaron sus propias armas.

[1]​[12]​ León Toral fue llevado a la Inspección General de Policía por Jaimes, Robinson y el diputado Enrique Fernández Martínez en un vehículo Packard.

Quintana, Orcí y otras personas lo acompañaron a una casa de la calle Zaragoza, donde los recibió la Madre Conchita, que aparentemente ignoraba lo ocurrido.

[1]​[14]​ Un grupo de obregonistas cercanos al presidente electo decidieron crear una comisión y presentarse ante Calles esa noche.

Entre los miembros se encontraban Aarón Sáenz, Emilio Portes Gil, Luis L. León, Arturo H. Orcí, Francisco Manzo y el general Antonio Ríos Zertuche —en ese momento jefe de operaciones militares en Sinaloa—.

La comisión obregonista manifestó sus dudas sobre la investigación al presidente, entre ellas que fuera dirigida por el general Roberto Cruz, pues anteriormente había sido adversario de Obregón, a lo que Calles respondió nombrando al general Zertuche como encargado de las pesquisas.

Este se había manifestado abiertamente en contra de la reelección del general, con quien ya había tenido otros conflictos en el pasado, y acusaron al secretario de ser el autor intelectual del magnicidio.

[1]​[8]​[14]​ Por la noche el cadáver de Obregón fue trasladado al Salón Embajadores del Palacio Nacional para rendirle homenaje.

En la primera guardia de honor participaron Amaro, Orcí, Sáenz, Manrique y el propio presidente Calles.

La carroza fúnebre fue acompañada en su recorrido por Calles, Sáenz, Amaro y varios miembros del Centro Director Obregonista.

Ese mismo día el presidente Calles declaró que México había perdido al «estadista más completo del pasado reciente» y se comprometió a continuar con la labor revolucionaria, así como aplicar justicia sobre los autores intelectuales y materiales del magnicidio.

Los defensores fueron Alejandro González Cueto, Demetrio Sodi, José García Gaminde, Gabriel Gay Fernández y Fernando Ortega.

[1]​[7]​[26]​[44]​ Algunos grupos lo consideraron un mártir de la causa católica, como lo demuestra la alta asistencia a su funeral.

Su elección se debió a la posición favorable de los dos principales bandos políticos implicados en conflicto: Los obregonistas lo apoyaron por ser miembro de su grupo, y los cromistas lo secundaron considerando las reformas agrarias que previamente había implementado en Tamaulipas mientras era gobernador del estado.

Un año después, en 1929, Portes Gil llegó a un acuerdo con la Santa Sede para concluir el conflicto, recurriendo al embajador estadounidense Dwight Morrow para que intercediera entre las partes.

Debido a la ruptura temporal de las negociaciones se estima que la guerra cristera pudo acabar en 1928 si Obregón no hubiera sido asesinado.

El grupo obregonista acusó abiertamente a Luis N. Morones y en algunas ocasiones al presidente Plutarco Elías Calles de ser los instigadores del magnicidio.

Por otro lado, en el diagrama de la autopsia hecho por Lozano Garza, sí se muestran las 19 descargas.

Álvaro Obregón , presidente de México de 1920 a 1924, y presidente electo para el periodo de 1928 a 1934.
Plutarco Elías Calles , presidente de México de 1924 a 1928.
El presidente electo Obregón el 2 de julio de 1928, días antes de su asesinato.
Miguel Agustín Pro segundos antes de ser fusilado.
José de León Toral, autor material del asesinato de Obregón.
Monumento a Álvaro Obregón , construido en el lugar donde se encontraba el restaurante La bombilla.
Retrato de Álvaro Obregón hecho por José de León Toral.
José de León Toral en la prisión.
Arriba: Asesinato de Obregón.
En medio: Inicio del juicio de Toral.
Abajo: Anuncio de la ejecución de Toral.
León Toral durante su juicio.
Emilio Portes Gil, presidente interino de México de 1928 a 1930.
Luis N. Morones , secretario de industria, comercio y trabajo durante el gobierno de Plutarco Elías Calles.