El primer comité ejecutivo depuesto fue Matías Romero, siendo nombrado Demetrio Vallejo asesor, negándo rotundamente a intervenir para la solución del problema, en reunión con Samuel Ortega, quien era secretario general nacional del sindicato.
Como consecuencia, la gran comisión propuso realizar la VI Convención Nacional Extraordinaria del sindicato, renunciando Ortega el 8 de julio.
El 12 de julio se inició la VI Convención, en la que Demetrio Vallejo resultó elegido secretario general.
Demetrio llamó, entonces, al paro total de actividades, estallando esa misma noche.
Ante esto, la huelga ferrocarrilera fue declarada inexistente y el sindicato propuso un arreglo que se aceptó.
Muchos otros trabajadores fueron detenidos, proponiendo el gobierno a Vallejo la suspensión de los paros.
Demetrio y Valentín Campa estuvieron 10 años en prisión, hasta que fueron liberados por el movimiento de 1968.
La derrota ferrocarrilera trajo considerables consecuencias, pues los maestros y petroleros, también fueron reprimidos en forma severa.