Los diputados Alcocer, Gutiérrez, Ansorena, Terán, Rivas, San Martín y otros, afrontaron la excitación popular tratando que al menos, el pronunciamiento se legalizase mediante un plebiscito.
El diputado Valentín Gómez Farías, apoyado por 46 de sus colegas, señaló que una vez rotos los Tratados de Córdoba y el Plan de Iguala —ya que no habían sido aceptados en España— correspondía a los diputados emitir su voto para que Iturbide fuese declarado emperador.
La multitud aclamó el resultado y acompañó al generalísimo vitoreándolo desde el Congreso hasta su residencia.
Los puntos principales del Plan de Iguala fueron llamados "las Tres garantías", y estos eran: "la religión, la independencia y la unión de todas las razas o castas del país".
Constaba de 23 artículos, y tenía algo para todos: el artículo 1°, por ejemplo, declaraba que la religión del país sería la católica apostólica romana, sin tolerancia de otros credos.