Expropiación del petróleo en México

En 1896 el Grupo Sinclair construyó una refinería entre la desembocadura del río Pánuco y la ciudad de Tampico.

[3]​ En 1901 , el británico sir Weetman Dickinson Pearson comenzó a invertir en el negocio petrolero mexicano con su compañía Pearson & Son, en 1906 organizó a la Compañía de Petróleo el Águila y construyó la primera refinería de Minatitlán, Veracruz, gracias a su amistad con políticos mexicanos consiguió permisos para explorar nuevos yacimientos en los estados de Campeche, Chiapas, San Luis Potosí, Tabasco, Tamaulipas y Veracruz.

Durante 35 años, la Huasteca y El Águila con sus filiales, fueron las compañías petroleras más grandes de México.

La presión llegó hasta el punto en que el senador Albert B. Fall presentó un estudio en el Congreso de los Estados Unidos recomendado no reconocer al Gobierno Mexicano en tanto no fuesen derogados los artículos 3, 27, 33 y 130 de la Constitución Mexicana, así como realizar una ocupación militar.

Luego ante la actitud indiferente del gobierno estadounidense al reconocimiento político exigido, Obregón aumentó los impuestos de exportación al petróleo y sus derivados, esta medida tenía también como objetivo el poder reunir recursos financieros para los planes de su administración y comenzar a pagar la deuda externa del Gobierno Mexicano.

Con este acuerdo bilateral —que no fue aprobado ni por el Congreso de Estados Unidos ni por el de México— se garantizaron las viejas concesiones petroleras y mineras dejando sin efecto al artículo 27 constitucional, a cambio, el presidente Warren G. Harding concedió el anhelado reconocimiento diplomático al gobierno de Obregón y se comprometió a no apoyar a sus detractores.

En noviembre de 1927, por sugerencia presidencial,[25]​ el Poder Judicial declaró anticonstitucional la nueva ley reglamentaria por su carácter retroactivo y confiscatorio.

Por primera vez, el gobierno intervino para convencer a ambas partes que continuaran con sus negociaciones.

El presidente le contestó que no era su intención expropiar sobre esta base ninguna rama industrial controlada por capital extranjero.

[36]​ No pudo concretarse ningún acuerdo, Cárdenas informó al embajador estadounidense que en el futuro el gobierno mexicano tendría que establecer un control sobre las actividades petroleras, los salarios e impuestos serían fijados de acuerdo a un criterio oficial.

[40]​ Terminado el plazo legal establecido por la Suprema Corte de Justicia, las compañías petroleras se encontraban en abierta rebeldía por no acatar sentencia.

El embajador de México en Estados Unidos, Francisco Castillo Nájera, llegó a pensar en una respuesta militar.

Expuso las repercusiones y afectaciones que tendría el país si la producción del combustible fuera nula o insuficiente.

Explicó que estas habían gozado durante muchos años de beneficios fiscales, franquicias aduanales e innumerables prerrogativas, a veces, en contra del derecho público.

Pidió a la nación el respaldo moral y material para poder llevar a cabo el acto de expropiación que podría representar un sacrifico económico para poder saldar el compromisos de indemnización y un eventual reajuste cambiario.

La Secretaría de Hacienda debería pagar la indemnización correspondiente en un plazo no mayor a 10 años.

Sectores como la Iglesia católica y algunos empresarios conservadores, que normalmente eran de opinión contraria a las decisiones del gobierno, en esta ocasión respaldaron al presidente.

Para muchos, la expropiación significaba un sacudimiento final del imperialismo que por tanto tiempo había sangrado a México, impidiéndole confiar en su propia fuerza y capacidad.

La Administración General del Petróleo Nacional (AGPN) fue el organismo que provisionalmente se hizo cargo de los bienes expropiados a las compañías petroleras.

Sin embargo, la empresa se había constituido como una compañía mexicana bajo leyes mexicanas y sus accionistas, si bien eran extranjeros, habían renunciado a su nacionalidad para este fin, por consiguiente, el gobierno británico no podía intervenir directamente en su favor.

Después de ese último memorándum pasó mucho tiempo sin que el gobierno neerlandés volviese a comunicarse para tratar el tema del petróleo, en parte porque la compañía anglo-neerlandesa Royal Dutch Shell decidió ejercer presión sin la ayuda de su gobierno y en parte porque Methöfer comprendió que el gobierno cardenista no estaba dispuesto a dar marcha atrás al decreto expropiatorio.

El embajador Joseph Dainels tomó una postura conciliatoria, recomendó no interponer los intereses particulares de los empresarios a la política de buena vecindad para evitar que un distanciamiento diplomático permitiera que influencias italianas o alemanas se infiltraran en el sistema interamericano.

[50]​ Las compañías Standard Oil de Nueva Jersey y la Royal Dutch Shell iniciaron un boicot contra México.

William Rhodes Davis fue aún más lejos, logró contratos para vender el petróleo mexicano a Alemania, país del que se obtuvieron artículos manufacturados para estructuras de puentes, productos de industria pesada y, desde luego, dólares.

En contraparte, el gobierno mexicano expresó sus condiciones, las compañías petroleras deberían reconocer al Estado mexicano como el único y exclusivo propietario del petróleo; tanto la explotación como la distribución en el mercado nacional sería tarea exclusiva del gobierno mexicano; una vez cubierta la demanda interior, el excedente sería puesto a disposición de las compañías petroleras como pago por concepto de la indemnización.

El gobierno estadounidense requería cooperación para vigilar sus fronteras y costas, pistas de aterrizaje para que sus aviones pudiesen hacer escala en México en sus vuelos hacia Panamá y asegurar el suministros de varias materias primas, entre ellas, el petróleo.

El 9 de diciembre se creó la Región Militar del Pacífico con sede en Ensenada, Baja California.

Más tarde se formó el Escuadrón 201, el cual apoyó las acciones militares en Filipinas y Formosa.

En 1966, por primera vez en su historia, Pemex dejó de exportar petróleo, en 1971 fue necesario importar crudo, en un volumen equivalente al 15% del consumo nacional, así como otros productos petrolíferos.

[93]​ En 1986, por el incremento de volumen en la producción mundial, el precio del petróleo se desplomó hasta los 16.50 dólares por barril.

Sir Weetman Dickinson Pearson, Vizconde de Cowdray e inversionista británico, obtuvo concesiones en los estados de Veracruz, Tabasco, Campeche, Chiapas, San Luis Potosí y Tamaulipas, fue accionista mayoritario de la Compañía Petrolera El Águila , la cual vendió a la Royal Dutch Shell .
Edward L. Doheny, inversionista estadounidense, en 1906 fundó la Huasteca Petroleum Company que a partir de 1950 forma parte de su grupo Pan-American Eastern Petroleum, el cual, poco después, fue vendido a la Standard Oil Company de Indiana.
Venustiano Carranza , presidente de México, por recomendaciones de la Comisión Técnica del Petróleo, impulsó la restitución de las riquezas del subsuelo a la nación, las cuales se habían cedido durante el porfiriato a los dueños del suelo mediante la expedición del Código de Minería de 1894 y la Ley Petrolera de 1901, ambas reglamentaciones resultaron contrarias al sistema legislativo español heredado desde la época colonial, que había seguido vigente en México.
La Faja de Oro, región petrolera de México, tuvo su mayor auge de 1911 a 1922.
El pozo Potrero del Llano produjo 117 millones de barriles en 28 años, el pozo Cerro Azul produjo 89 millones de barriles en 21 años, mientras que el pozo Juan Casiano produjo 75 millones de barriles en tan sólo 9 años.
Se estima que de 1901 a 1937 los campos petroleros mexicanos produjeron 1866 millones de barriles. [ 13 ]
Dwight Morrow, embajador de Estados Unidos en México, durante su gestión logró convencer al presidente Plutarco Elías Calles para favorecer los intereses de las compañías petroleras.
Vagón petrolero de la Anglo-Mexican Petroleum Company, empresa transportadora subsidiaria de la petrolera de capital británico y neerlandés , Compañía Mexicana de Petróleo El Águila S.A., que sería sujeta a expropiación en 1938.
Lázaro Cárdenas del Río , presidente de México de 1934 a 1940, implementó una política nacionalista, intercedió durante el conflicto entre obreros y compañías en varias ocasiones, el 18 de marzo de 1938, mediante un discurso dirigido por radio a la nación, dio a conocer el decreto expropiatorio.
Decreto expropiatorio firmado por el presidente Lázaro Cárdenas , por el secretario de Hacienda Eduardo Suárez Aránzolo y por el secretario de Economía Nacional Efraín Buenrostro Ochoa .
Vagón petrolero de la empresa "Compañía Mexicana de Petróleo El Águila, S.A." ( Mexican Eagle Oil Company ), hacia 1914.
Cordell Hull , secretario de Estado de los Estados Unidos, con su política internacional presionó a la economía mexicana para favorecer a las compañías petroleras.
Jesús Silva Herzog , en 1937 formó parte de la comisión pericial que analizó los estados financieros de las compañías petroleras y en 1939 asumió la gerencia de la Distribuidora de Petróleos Mexicanos.
Donald R. Richberg, abogado, de la Standard Oil Co., negoció con el presidente Lázaro Cárdenas sin lograr un acuerdo.
Coronel Patrick J. Hurley, fungió como portavoz del Grupo Sinclair y participó en las conversaciones para su indemnización.
Manuel Ávila Camacho y Franklin Delano Roosevelt , mediante la firma del Convenio del Buen Vecino, unieron esfuerzos para poner fin a los conflictos entre México y Estados Unidos y hacer un frente antifascista en América.
Mapa que muestra los lugares donde fueron hundidos 6 buques de bandera mexicana por submarinos alemanes en 1942 y el Juan Casiano que se hundió por colisión contra un barco escolta durante una tormenta en 1944.
Volúmenes históricos de producción y exportación de petróleo en México, de 1901 a 2004.
Precios históricos del barril de petróleo de 1861 a 2011.