Nació en 1882 en el área costera de la región Huasteca mexicana, entre Tampico y Veracruz, exactamente en Temapache cantón de Tuxpan, Veracruz; fueron sus padres Ignacio Peláez y Ana Gorrochotegui Herrera.
De ascendencia española, poseía considerables tierras ganaderas, las que luego fueron rentadas a las compañías petroleras extranjeras cuando iniciaron la explotación del petróleo.
En 1901, se descubrió petróleo en la región Huasteca, por lo que varias compañías petroleras extranjeras entraron en la región buscando la compra o arriendo de los terrenos con los rancheros locales, con miras a extraer el preciado petróleo del subsuelo mexicano.
La Revolución Maderista de 1910 trajo incertidumbre a la región, para las compañías petroleras y los rancheros locales.
Dada su popularidad y prestigio en la región, organizó sus fuerzas mediante el financiamiento de las poderosas compañías petroleras.
Después de este acto, Peláez decidió seguir las políticas del gobierno huertista pero como militar independiente.
En julio del mismo año, Victoriano Huerta se exilió del país cuando su gobierno se encontraba en agonía; lo mismo hizo Manuel Peláez al caer Huerta, aunque la lucha volvió a desatarse entre los revolucionarios.
Peláez, quien sentía aversión al gobierno de Carranza y sus seguidores, decidió apoyar al gobierno de la Convención, aparentemente dirigida por el presidente Eulalio Gutiérrez Ortiz, pero controlada realmente por Francisco Villa y Emiliano Zapata.
El suyo coordinó libremente pero las fuerzas bien-pagadas del guerrilla nunca numeraron más de 3000.
Mientras que él nunca ocupó una ciudad importante, su control del campo fue desafiado raramente.
Ambas veces Peláez ofreció la ayuda financiera y moral, pero en 1918, Peláez retiró formalmente la ayuda a Díaz cuando llegó a ser evidente que Díaz no tenía ni la capacidad de tener éxito.
Peláez también comenzó a organizar negociaciones con el movimiento zapatista de Emiliano Zapata durante 1918 y 1919, sin embargo lo único que estos dos tenían en común era su lucha contra Venustiano Carranza, así que nunca alcanzó un acuerdo.
En octubre de 1919, Peláez tenía al agente consular americano William O. Jenkins, “arrestado” en Puebla, para desconcertar al gobierno de Venustiano Carranza; queriendo demostrar al gobierno estadounidense que Carranza no podía controlar el descontento de las otras facciones ni siquiera en las ciudades principales.
Cuando la Primera Guerra Mundial y Venustiano Carranza tomó una actitud menos radical, la importancia estratégica de Peláez, fue disminuyendo.
Sus lugartenientes procuraron renovar las hostilidades pero no afectaron seriamente al gobierno central y fueron desarmados a finales de 1921.