Con el norte de la república ocupada por el general Taylor, los puertos bloqueados por la armada de los Estados Unidos, la capital del país en las manos del general Scott.
En el acontecimiento, el presidente de México Antonio López de Santa Anna había huido, entonces le correspondió a de la Peña y Peña entrar como presidente interino.
[4] El Congreso se reunió el 7 de mayo en Querétaro, aunque no todos los diputados y senadores se presentaron, el escrúpulo de aprobar la firma del tratado de paz era un dilema.
[3] De la Peña y Peña entregó la presidencia al ciudadano electo por el Congreso: José Joaquín de Herrera.
Sus restos fueron trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres en 1895.