José Justo Corro

A José Justo Corro correspondió poner en vigor en 1836 las Siete Leyes que darían cauce a la nueva Constitución que derogaba la de 1824.

Redactada por los centralistas conservadores bajo la guía de Lucas Alamán, la nueva carta magna acabó con el sistema federal y estableció como forma de gobierno la república central.

La gran novedad fue que al lado de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, aparecía el Supremo Poder Conservador, tribunal encargado de controlar a los otros.

El presidente era débil a la hora de tomar decisiones y no tenía conocimientos militares, tan importantes en época de guerras.

Al terminar su gobierno se dedicó a las prácticas religiosas con tanto afán que le apodaron «El Santo».