Esta organización cuasi-independiente, originalmente establecida por Ramfis Trujillo, hijo del exdictador, se formó para proteger al gobierno.
Los dos años siguientes estuvieron marcados por una fuerte inestabilidad política con numerosas huelgas y conflictos.
Estos no se rindieron, sino que tomaron un campamento militar al noroeste de Santo Domingo y capturaron a Rivera.
El Movimiento Popular Dominicano distribuyó cócteles molotov a las multitudes y los militares rebeldes establecieron posiciones defensivas en el Puente Duarte.
Bosch, todavía en el exilio en Puerto Rico, convenció a José Rafael Molina Ureña, un líder partidista, para que se convirtiera en presidente provisional hasta su retorno.
[9] Ambas partes estaban fuertemente armadas y muchos civiles quedaron atrapados en el fuego cruzado.
El presidente provisional constitucionalista Molina Ureña y el coronel Caamaño pidieron al embajador de Estados Unidos la mediación estadounidense para detener los ataques de la Fuerza Aérea Dominicana a las áreas constitucionalistas.
Los "lealistas" fallaron en recuperar el control de Santo Domingo y un desmoralizado CEFA se retiró a la base en San Isidro, en el lado este del río Ozama.
El general Wessin y el último líder del depuesto régimen gubernamental, Donald Reid –más conocido como "El Americano"– solicitaron entonces la intervención de Estados Unidos.
No obstante, poco después, los Estados Unidos junto con la OEA, formaron una fuerza militar interamericana para la intervención en la República Dominicana.
A media tarde del 30 de abril, se negoció un alto al fuego, auspiciado por el nuncio apostólico en el país.
La Ley estableció el marco para futuras negociaciones, pero no pudo detener todos los enfrentamientos.
Los francotiradores constitucionalistas continuaron disparando contra las fuerzas de Estados Unidos, aunque los enfrentamientos entre las facciones dominicanas disminuyeron por un tiempo.
Ante la imposibilidad de alcanzar una victoria militar, los rebeldes constitucionalistas eligieron a su líder Francisco Alberto Caamaño como presidente del país.
Los oficiales de Estados Unidos contrarrestaron está acción declarando al general Antonio Imbert Barrera como presidente.
Además, las fuerzas armadas estadounidense suministró ayuda por vía aérea a gran parte de nacionales dominicanos.
Las tropas fueron enviadas por: Brasil – 1130, Honduras – 250, Paraguay – 184, Nicaragua – 160, Costa Rica – 21 policías militares, y El Salvador – 3 oficiales de Estado Mayor.
No obstante, frente a las continuas amenazas y ataques, incluyendo un ataque particularmente violento en el Hotel Matum en Santiago de los Caballeros, Caamaño aceptó un acuerdo impuesto por el gobierno de Estados Unidos y el nuevo presidente provisional dominicano, García Godoy, envió al coronel Caamaño como agregado militar en la embajada dominicana ante el Reino Unido.