Para poder obtener recursos económicos, Guerrero tuvo que implantar una impopular reforma fiscal diseñada por Lorenzo de Zavala.
[6] Por su parte, Santa Anna aceptó inicialmente el plan a favor del federalismo, pero el día 15 de diciembre, cuando se percató que se trataba de un ardid para destituir a Guerrero, rechazó tajantemente la oferta.
Los periódicos El Sol y El Mensajero elogiaron el pronunciamiento del Ejército de Reserva.
Guerrero reunió al Congreso en sesión extraordinaria para solicitar el permiso correspondiente para ponerse al mando de una fuerza armada y así poder enfrentar a la rebelión, sin embargo la facción opositora denegó el permiso, aduciendo que el pronunciamiento era una causa justa.
En la mañana del 23, se izó una bandera blanca en el palacio y Bocanegra mandó abrir las puertas.
[16] Guerrero se dirigió a Tixtla, no obstante las muestras de simpatía iniciaron con el gobernador de Michoacán José Salgado, quien instruyó al coronel Juan José Codallos para que con 2000 hombres apoyara a Guerrero.
[20] El ministro de Guerra, Antonio Facio, emprendió una persecución contra los opositores al régimen.