Después de resultar electo diputado al Congreso mexicano, propuso que se aboliera en México la pena de muerte, por ser contraria a la humanidad y por principios meramente éticos.
Más tarde sería ministro de Relaciones Exteriores, diplomático y jurisconsulto.
[1] Cuando Iturbide renunció y marchó al destierro, volvió a plantearse en el Congreso la cuestión de una nueva Constitución.
[2] Nuevamente diputado desde 1846, falleció tres años después en la Ciudad de México.
Reconocido como el padre del juicio de amparo, es una figura jurídica única en el mundo, y por su especial naturaleza, solo puede considerarse que existen "manifestaciones similares a ella", mas no "antecedentes directos".
Posteriormente, la figura del amparo fue impulsada a nivel federal por Mariano Otero, preclaro pensador jalisciense, quien logró que se incluyera en el Acta de Reformas de 1847 y se aplicara por primera vez en el Amparo Verástegui.