Pintura contemporánea

No obstante, la mayor parte de la producción pictórica de la segunda mitad del siglo XIX e incluso del siglo XX, conviviendo con su absoluta negación, que representaron las vanguardias, siguió siendo la pintura academicista de tradición neoclásica, cuyos seguidores, a pesar del éxito institucional que vivieron en sus días o de su objetiva calidad, han pasado a ocupar un espacio marginal en museos y manuales (John Singer Sargent, Jean-Joseph Weerts, Jean-Léon Gérôme, William-Adolphe Bouguereau, Jean-Louis-Ernest Meissonier, Paul Baudry, Alexandre Cabanel, Franz Xaver Winterhalter).La pintura inglesa de finales del XVIII y principios del XIX tuvo como principales figuras académicas a sir Joshua Reynolds (que definió el concepto grand manner -"manera grandiosa" o "espléndido estilo"-),[3]​ Thomas Gainsborough o Thomas Lawrence; además de dos extraordinarios paisajistas que evolucionaron hacia una concepción más identificable con el romanticismo pictórico: J. M. W. Turner y John Constable.Técnicamente, encontró recursos expresivos en la pincelada gruesa, el aspecto inconcluso y la composición poco convencional, con encuadres abruptos, que provocaban rechazo.Se abrieron paso nuevos movimientos de renovación pictórica, especialmente el liderado por Ford Madox Brown y la Hermandad Pre-Rafaelita (Dante Gabriel Rossetti, John Everett Millais, William Holman Hunt), que pretendía recuperar la pureza primitiva de la pintura anterior al siglo XVI.A pesar de su evidente continuidad con el realismo, son considerados el precedente más directo de la gran renovación pictórica del último cuarto del siglo, que en estos cuadros aún no estaba presente.El neoimpresionismo (denominado alternativamente como puntillismo y divisionismo, con distintas implicaciones) de Georges Seurat y Paul Signac planteaba llevar la técnica del impresionismo a su extremo, reduciendo la aplicación de los pigmentos puros a puntos, que observados en la distancia componían las imágenes con un efecto impactante.Se crearon nuevos y múltiples colectivos de artistas con distintos y a menudo opuestos criterios, que en algún caso (como la fallida comunidad que intentó crear Van Gogh en Arlés) respondían a la necesidad de salir del ambiente de París: escuela de Pont-Aven (Gaugin, Louis Anquetin, Émile Bernard, Charles Laval, Émile Schuffenecker, Paul Sérusier, Maxime Maufra), bande noire ("banda negra", denominados nubians por sus tonos sombríos y naturalistas por su temática social, liderados por Charles Cottet, o los nabis ("profetas", que experimentaron con el uso del color, liderados por Sérusier -Félix Vallotton, Édouard Vuillard, Pierre Bonnard, Maurice Denis-), les vingtistes ("los veintistas", grupo belga que funcionó entre 1883 y 1893 -James Ensor, Théo van Rysselberghe, Fernand Khnopff-, con el que se relacionó el español Darío de Regoyos).[10]​ En contraposición tanto al academicismo como al impresionismo, los pintores identificados con las etiquetas modernista (en España, especialmente el modernismo catalán: Ramón Casas, Santiago Rusiñol, José María Sert -no debe confundirse con la utilización del término inglés modernism, identificable con "vanguardismo" o "arte moderno"-), jugendstil (Alemania y Austria-Hungría, donde se asocia a la sezession vienesa o berlinesa: Gustav Klimt, Egon Schiele, Max Klinger, Alfons Mucha), o la más extendida de art nouveau (en Francia, Bélgica y otros países: Henri Evenepoel, Theodore van Rysselberghe, Theophile Alexandre Steinlen, Jules Cheret, Leonetto Cappiello, Jan Toorop, Franz von Stuck), abandonaron los temas cotidianos por los contenidos simbólicos y conceptuales, entre los que destacaba la mujer, con un tratamiento erótico que llega hasta la perversión (un movimiento simultáneo, muy relacionado, se denomina decadentismo -Félicien Rops, Gustave Moreau, Odilon Redon-).Técnicamente se insistía en la pureza de la línea (lo que daba a la pintura un carácter fuertemente bidimensional) y la expresividad del dibujo (se ha considerado precedente del expresionismo posterior), ambas cosas ya presentes en autores postimpresionistas, especialmente en Toulouse-Lautrec.Las premisas estéticas del simbolismo pasaron de la poesía a otras artes, especialmente la pintura, la escultura, la música y el teatro.En general, suelen estudiarse en relación con los acontecimientos políticos y sociales de la época, diferenciándose entre las vanguardias históricas anteriores a la Primera Guerra Mundial (fovismo, cubismo, futurismo, expresionismo) y las del período de entreguerras (constructivismo, dadá, surrealismo, Bauhaus, Art Decó, muralismo mexicano).El futurismo de Boccioni y otros pintores italianos, en torno al poeta Marinetti (Manifiesto futurista, 1909), también pretendía aproximarse a una realidad visual más profunda, pero evocando el movimiento y la velocidad, multiplicando la representación sucesiva de la misma figura, con lo que obtenía efectos visuales hasta cierto punto similares a los del cubismo.[15]​ Frente a la mayor pervivencia del expresionismo, que no solo sobrevivió a la Primera Guerra Mundial, sino que intensificó con ella su caudal de agresividad temática; cubismo y futurismo tuvieron una vida corta, aunque muy fructífera.Hasta tres generaciones de expresionistas desarrollaron una pintura representativa y comprometida con la realidad; en algún caso planteándose explícitamente como una reacción contra el propio expresionismo: la Neue Sachlichkeit ("Nueva objetividad", Christian Schad, Otto Dix, George Grosz, Oskar Kokoschka).El movimiento dadá (palabra elegida al azar) fundado en Zúrich en 1916, implicó a pintores franceses, alemanes y estadounidenses Hans Arp, Francis Picabia, Max Ernst, Man Ray).El establecimiento de la Bauhaus, dirigida por los arquitectos Gropius y Mies Van der Rohe, tuvo un poderoso impacto en todas las artes plásticas, incluyendo una escuela de pintura a la que estuvieron asociados Lyonel Feininger, Johannes Itten, Vasili Kandinsky, Paul Klee, Gerhard Marcks, Laszlo Moholy-Nagy, Georg Muche, Oskar Schlemmer y Lothar Schreyer.Otros pintores desarrollaron tendencias neoconcretas y tecnológicas, como los españoles del Equipo 57 o la nueva abstracción (abstracción postpictórica, Frank Stella, Barnett Newman), el Op-art ("arte óptico", Victor Vasarely) o las técnicas que llevan a traspasar las fronteras entre pintura y escultura (arte cinético -Alexander Calder-, escultopintura -Gerardo Rueda-).Si se anticipan a su tiempo y renuncian a cualquier compromiso con la comercialidad, buscando el arte por el arte, pueden ser incomprendidos e incluso pasar penalidades, representando con su propia vida la figura tópica del pintor bohemio, que se reúne con otros artistas de su misma condición en los ambientes marginales de los barrios más conflictivos (como el Montmartre de París).Desde finales del siglo XX se les ha añadido el curator o comisario artístico de exposiciones y otros eventos.[20]​ El fin confesado de muchos pintores contemporáneos fue «épater le bourgoise» (escandalizar al burgués), es decir, realizar conscientemente una provocación mediante la transgresión.La búsqueda de sucesivas formas de ruptura de las convenciones nunca tuvo fin, porque, cada vez más rápidamente, lo que era provocador pasaba a ser primero tolerado y después incluido en el mainstream institucional y del mercado del arte, que era el verdadero estímulo para que surgieran nuevas provocaciones, quedando cada vez menos espacio para definir quién era un pintor maldito o dónde encontrar realmente una pintura underground, independiente o marginal.Armando Reverón, construyó un castillo donde vivir y utilizó su propio excremento como pintura desafiando los conceptos artísticos de la época.En la larga lucha entre color y dibujo que venía librándose en la pintura europea desde la Edad Media, el academicismo había sentenciado el triunfo del dibujo y la línea, concediendo al color un discreto segundo puesto, que ni romanticismo ni realismo habían subvertido.Únicamente algunas individualidades, como Goya o Turner,[4]​ dieron a la mancha y al color un puesto protagonista en sus obras, que caracterizó también a parte de la pintura victoriana posterior; el resto incluso valoraba la homogeneidad cromática que convertía casi todos los tonos en pardos, tierras u ocres.Whistler había propuesto la idea de que el color podía tratarse en términos musicales, e intentó por sí mismo su aplicación, aunque usando tonos ligeros.Las vanguardias utilizaron estos recursos de forma muy diversa, una vez conquistada la libertad formal más absoluta.[26]​ La pintura del paisaje y la naturaleza muerta o bodegón habían sido clasificadas como las más ínfimas en la jerarquía de géneros académica.Obviamente, la pintura contemporánea no respetó tal jerarquía, y ambos géneros pasaron a recibir un interés especial por los principales pintores desde el siglo XIX.Una variación, que incorporaría el tema del desnudo, fueron las escenas de baño, desde los interiores pintados por Degas, hasta las más atrevidas versiones cubistas.Baudelaire siguió todos los debates de la época sobre si la fotografía debía considerarse un arte o un procedimiento mecánico... con utilidad para los pintores.
Castillo de Norham , de Joseph Mallord William Turner .
La romería de San Isidro , una de las pinturas negras de Francisco de Goya .
Abadía en el bosque , de Caspar David Friedrich ( romanticismo ).
Le Bassin aux nymphéas, harmonie verte , de Claude Monet ( impresionismo ).
Une baignade à Asnières ("Un baño en Asnières"), de Georges-Pierre Seurat ( puntillismo ).
Goebbels en la exposición Entartete kunst de 1937, el denominado "arte degenerado" que los nazis habían decidido suprimir. Los dos cuadros que aparecen son de Emil Nolde . Véase arte nazi .
El grito de Edvard Munch , se encuentra rodeado de medidas de seguridad en el Museo Munch de Oslo, tras ser recuperado de su segundo robo. El robo de pintura contemporánea ha sido una constante vinculada a su valoración económica. [ 14 ]
Bodegón con botella de Burdeos , de Juan Gris ( cubismo ).
Modigliani , Picasso y André Salmon , protagonistas de las denominadas " vanguardias históricas " en París, 1916.
Composition IX: jugadores de cartas , de Theo van Doesburg .
Salvador Dalí y Man Ray , dos miembros del grupo surrealista en París, 1934.
Autorretrato de Paul Gauguin ante un retrato de Émile Bernard ( posimpresionismo ).
Baile a orillas del Manzanares , uno de los cartones para tapices de Francisco de Goya .
Jeanne Hébuterne , de Amedeo Modigliani .
Los acepilladores de parqué ("Los acuchilladores de parqué"), de Gustave Caillebotte .
Campesina cosiendo ante una ventana , de Van Gogh . [ 35 ]
La Acrópolis de Atenas , de Ingres .