Su padre, Giulio Eco, fue contable antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando fue llamado a servir en las fuerzas armadas.
Durante la guerra Umberto y su madre, Giovanna Bisio, se mudaron a un pequeño poblado piamontés.
Sin embargo, Eco se doctoró en filosofía y letras en la Universidad de Turín en 1954, con un trabajo que publicó dos años más tarde con el título El problema estético en Santo Tomás de Aquino (1956).
[3] Distinguido crítico literario y semiólogo, empezó a publicar sus obras narrativas en edad madura (aunque en conferencias más recientes contó sus experimentos juveniles, los que incluyen la edición artesanal de un cómic en la adolescencia).
Eco también escribió otros relatos, Los gnomos de Gnù (1992), ilustrado como los anteriores por Carmi; y El misterioso fin del planeta Tierra (2002), para un público adulto.
Se articula en torno a una fábula detectivesca ambientada en un monasterio benedictino en 1327; sonoro éxito editorial, fue traducida a muchos idiomas y llevada al cine en 1986 por el director francés Jean-Jacques Annaud.
Escribió principalmente en las áreas de semiótica, lingüística, estética y moralidad.