Bodegón

Con orígenes en la antigüedad y muy popular en el arte occidental desde el siglo XVII, el bodegón da al artista más libertad compositiva que otros géneros pictóricos como el paisaje o los retratos.

Los bodegones, particularmente antes de 1700, a menudo contenían un simbolismo religioso y alegórico en relación con los objetos que representaban.

Las pinturas sobre jarras de la Antigua Grecia también demuestran gran habilidad, al representar objetos cotidianos y animales.

[4]​ Como Plinio el Viejo relataba en los tiempos romanos, los artistas griegos de siglos antes ya eran muy diestros en el retrato y el bodegón.

[6]​ Este tipo de representación pictórica fue considerado menor hasta el Renacimiento, por cuanto aparecía generalmente subordinada a otros géneros, como la pintura religiosa o los retratos, conllevando a menudo un significado religioso o alegórico.

[5]​ Otro paso hacia el bodegón autónomo fue pintar flores en jarros u otros objetos con un contenido heráldico o simbólico en la parte posterior de retratos seculares alrededor del año 1475.

Estos ejemplares sirvieron como modelo para los pintores que buscaban realismo y novedad.

[15]​ A lo largo de la segunda mitad del siglo XVI había evolucionado el bodegón autónomo.

[16]​ Gradualmente, el contenido religioso disminuyó en tamaño y lugar en estas pinturas, aunque las lecciones morales siguieron estando implícitas.

[20]​ Aunque no abiertamente simbólica, esta pintura era propiedad del cardenal Borromeo y pudo haber sido apreciada tanto por razones estéticas como religiosas.

Mientras los artistas encontraban oportunidad limitada para producir la iconografía religiosa que durante mucho tiempo había sido su principal industria, ya que las imágenes de temas religiosos estaban prohibidas en la iglesia protestante reformada holandesa, la tradición septentrional de realismo detallado y símbolos ocultos atraían a las crecientes clases medias holandesas, que estaban reemplazando a la iglesia y el estado como los principales mecenas del arte en los Países Bajos.

[24]​ El bodegón, como la mayor parte de las obras de arte holandesas, se vendía generalmente en mercados abiertos o por marchantes, o por los artistas en sus estudios, y raramente eran encargos; Por lo tanto, los artistas normalmente elegían el tema y la disposición.

Las flores más comunes y sus significados simbólicos eran: rosa (la Virgen María, fugacidad, Venus, el amor), lirio (Virgen María, virginidad, seno femenino, pureza de mente o justicia), tulipán (presunción, nobleza), girasol (lealtad, amor divino, devoción), violeta (modestia, reserva, humildad), aguileña (melancolía) y amapola (poder, sueño, muerte).

[33]​ La importancia que adquirió el bodegón en la España del siglo XVII sólo ha empezado a ser reconocida en fechas recientes.

[36]​ No será el caso de Peter Cherry, quien siguiendo a August L. Mayer, ha sabido apreciar la rica versatilidad del bodegón español.

Muy significativo es el caso de Juan Fernández el Labrador, pintor recluido en su aldea, cuya fama llegó hasta la corte inglesa.

[40]​ En los Estados Unidos, en la época revolucionaria, los artistas estadounidenses formados en el extranjero aplicaron estilos europeos al retrato y los bodegones.

Según este sistema, la forma más alta de pintura era la denominada Pintura de historia, aquella que representaba temas históricos, alegóricos, mitológicos o religiosos, quedando el bodegón en el rango más inferior del reconocimiento artístico.

En sus primeros bodegones, Claude Monet muestra la influencia de Fantin-Latour, pero fue uno de los primeros que rompió con la tradición del fondo oscuro, que Pierre-Auguste Renoir también descarta en su Bodegón con ramo y abanico (1871), con su brillante fondo naranja.

También pintó su propia versión de la vanitas: Bodegón con Biblia abierta, vela y libro (1885).

[46]​ Las primeras cuatro décadas del siglo XX formaron un periodo excepcional de fermento y revolución artística.

Los movimientos de vanguardia evolucionaron con rapidez y se superpusieron en su marcha hacia la abstracción total, lo no figurativo.

El siglo comenzó con varias tendencias, a veces marcadamente contradictorias, dominado el panorama artístico.

En 1901, Paul Gauguin pintó Bodegón con girasoles, su homenaje a su amigo van Gogh, que había muerto once años antes.

El artista francés Odilon Redon también pintó destacados bodegones durante este periodo, especialmente flores.

Paul Cézanne encontró en el bodegón el vehículo perfecto para su revolucionaria búsqueda de la organización espacial geométrica.

En estas obras, los objetos del bodegón se superponen y entremezclan manteniendo a duras penas formas bidimensionales reconocibles, perdiendo la textura superficial individual y fundiéndose con el fondo, alcanzando así logros casi opuestos a aquellos del bodegón tradicional.

[52]​ Fernand Léger introdujo en el bodegón el uso de abundante espacio en blanco y formas geométricas que se superponen, definidas con claridad, coloreadas, para producir un efecto más mecánico.

Típicas a este respecto son las pinturas de Don Eddy y Ralph Goings.

Las obras generadas por ordenador han expandido las técnicas disponibles a los artistas de bodegones.

Juan Fernández el Labrador : Bodegón con cuatro racimos de uvas (siglo XVII ). Museo del Prado , Madrid .
Tazón de fruta transparente y jarros. Frescos romanos en Pompeya (c. 70 d. C.).
Annibale Carracci , Carnicería (1583).
Abraham van Beyeren : Bodegón de banquete (1667).
Bodegón , Cristoforo Munari (1667–1720).
Bodegón con tazón de cidras (finales de los años 1640), de Giovanna Garzoni , Getty Center , Los Ángeles
Vanitas (1636), de Antonio de Pereda , Museo de Historia del Arte de Viena . El género de la vanitas fue muy popular en esta centuria
Juan Sánchez Cotán , Membrillo, repollo, melón y pepino (1602).
Naturaleza muerta con melones, melocotones, higos y uvas (hacia 1640), de Michelangelo da Campidoglio , Museo de Bellas Artes de Houston
Jean Siméon Chardin , La raya (1728).
Édouard Manet , Claveles y clemátides en una jarra de cristal (1883).
Vincent van Gogh , Los girasoles o Vaso con quince girasoles (1888).
Bodegón , Juan Gris , 1913. Museo Thyssen-Bornemisza , Madrid.
Bodegón fotográfico.