Michelangelo da Campidoglio

Se tienen pocos datos biográficos de este pintor, activo en Roma en las décadas centrales del siglo XVII.

Su apodo del Campidoglio procede del taller que tenía en este lugar de Roma, cerca de la colina Capitolina.

Su obra, dedicada casi en exclusiva a la naturaleza muerta, destaca por un estilo suntuoso y recargado, en composiciones abigarradas donde los objetos —generalmente frutas— cubren casi todo el lienzo.

Tenía preferencia por frutas abiertas y jugosas, agradables a la vista.

[2]​ En ocasiones también aparecían en escena pequeños animales (como conejos o monos) y figuras humanas, generalmente femeninas, en actitud sonriente y despreocupada.