En 1912 Juan Gris da claramente el salto al cubismo con varias pinturas presentadas en el Salón des Indépendents de París.
Junto a otros artistas como el escultor Jacques Lipchitz, experimentaron, de forma conjunta, un cubismo sintético.
[5] Tras unos pocos años de estrecha conexión, Gris y Picasso se distanciaron tanto en lo artístico como en lo personal.
Picasso fue evolucionando hacia un arte figurativo de gusto clasicista, en sintonía con la vuelta al orden que emprendieron muchos otros artistas como André Derain.
Esta última etapa ha sido habitualmente subestimada por comparación con el cubismo analítico, pero ha recobrado estimación en fechas recientes y fue motivo de una antológica en el Museo Reina Sofía en 2005.
Todavía décadas después de su muerte, su producción tenía escasísima presencia en los museos públicos.