Albert Marquet

Sus primeras composiciones se caracterizaban por un acercamiento claro y pictórico fauve, en el que tenía un buen control del dibujo y respondía a la luz, no sólo intensificando los tonos más fuertes, sino también viendo los menos fuertes en términos coloristas.

La diferencia fundamental entre los dos es que, mientras Matisse usó colores fuertes, Marquet prefería amarillos mates, violetas apagados o azules.

El negro lo usa normalmente como un contraste violento a los colores claros para formas como troncos de árboles desnudos o gente dibujada de forma caligráfica en contraste con calles y aceras a menudo amarillas o naranjas, muy claras.

Las figuras humanas están muy simplificadas, dibujadas caligráficamente en una forma que recuerda al estilo japonés Shijo.

[2]​ André Rouveyre rendirá luego homenaje a la devoción de esta madre cuya bondad y delicadeza Matisse también apreció.

[12]​ Marquet va regularmente al Louvre para copiar cuadros de Tiziano, Poussin, Veronese, Lorrain o Chardin.

[12]​ Intentan captar lo más rápido posible escenas callejeras, personajes en pleno movimiento: barcazas, taxis, ciclistas, transeúntes apurados, lavanderas, cantantes de café-concierto, bocetos que Marquet reserva para animar sus cuadros.

A partir de 1901, Marquet expuso con los demás en el Salon des Indépendants, y Claude Roger-Marx pronto aclamó su “creciente autoridad” entre estos poderosos coloristas inspirados tanto en Cézanne como en los viejos maestros.

Fue criticado por “un fauvismo sosegado capaz de agradar al público en general” (Gustave Coquiot), y a los que les gustaban “los grandes felinos transformados en gatos domésticos” (Tériade).

[14]​ Refractario a toda autoridad sin ser militante, Marquet forjó estrechos vínculos con los círculos libertarios de los años 1890-1900, lo que no le impidió incorporarse a una izquierda antifascista más tradicional durante el período de entreguerras.

En 1903 se quedó en Normandía con Henri Manguin y su familia, antes de recorrer la región en su compañía, desde la Falaise hasta Flamanville.

Charles Camoin le acompaña, así como a las prostitutas del bar de Roses, que posan para él en alguna ocasión.

Al margen de las ferias, los galeristas Berthe Weill, Eugène Druet y Bernheim-Jeune lo exhibieron entre otros.

Participó en exposiciones tanto en París como en otras capitales, incluso durante la Primera Guerra Mundial cuando fue desmovilizado: “Sigue pintando.

Nadie, en este campo, puede reemplazarte”, declara el coleccionista Marcel Sembat a Matisse y Marquet.

[18]​ Durante el invierno de 1908-1909, Marquet vuelve al estudio del desnudo, descuidado desde sus años escolares, jugando con colores más suaves y sombras que enmascaran parcialmente las formas.

A las mujeres se les pide que estén hermosas y con poca ropa”, decía la tarjeta de invitación.

En mayo de 1907, Marquet, Charles Camoin y Othon Friesz exploraron Londres con gran entusiasmo.

[6]​ Durante los primeros meses de 1909, Marquet estuvo en Hamburgo donde Matisse le proporcionó contactos: el frío, la lluvia y la nieve no le impidieron pintar ni dibujar[6]​ pero prefirió su estudio de París para los inviernos venideros.

[14]​ Sin embargo, dos años más tarde regresa al sur de Marruecos, siempre con Montfort.

Desde allí nunca dejó de pintar el Pont-Neuf y los muelles desde los ángulos que le ofrecían las ventanas frontales.

[6]​ Sus propios proyectos literarios toman forma en asociación con él: así aparece en 1925 en la editorial de Georges Crès, bajo el seudónimo de Marcelle Marty, un cuento titulado Moussa, la negrita, adornado con dieciocho dibujos en negro y cinco acuarelas firmadas por Albert Marquet.

[23]​ Suelen salir entre diciembre y enero: cuando no se embarcan desde Marsella, cruzan España y Marruecos, siempre en coche, un Buick de 1926, luego en un Ford de 1930; los trayectos se intercalan con paradas turísticas más o menos largas.

[24]​ Los esposos hacen una primera parada de varias semanas en Argel, donde Marquet pinta incansablemente los monumentos, los paisajes circundantes y, en especial, el puerto.

Se alojaron en hoteles o en villas alquiladas, y solo compraron una casa en las alturas en el otoño de 1940.

Otros años la pareja elige algún puerto o balneario del Atlántico o del Mediterráneo[23]​ Los viajes siempre dejan espacio para lo inesperado: "Recuerdo nuestras hermosas partidas, escribe Marcelle: diez, doce, quince maletas, cajas y paquetes alineados en el pasillo esperando ser cargados.

Fue en 1938 cuando el pintor André Barbier le ofreció una choza en La Frette-sur-Seine, que desde el siglo XIX atrajo a artistas y burgueses ya que está situada al pie de las colinas, cerca del camino de sirga por donde pasan las barcazas.

[23]​ “Quizás fue en esta modesta casa en La Frette, cree Marcelle, donde Albert se sintió más a gusto.

[24]​ Rumbo a España con los Camoins en 1930 (Cádiz, Algeciras)[23]​ y sin ellos en 1932 (Roncesvalles, Santander, Compostela, más Portugal).

[29]​ A principios del siglo XXI, pocos museos importantes franceses e internacionales mostraban al público todas sus pinturas de Albert Marquet.

Vista de Agay presentada en el Salón de otoño , 1905, Centro Pompidou .
Desnudo sobre el diván , 1912, Centro Pompidou .
La madre del artista pintada por él hacia 1905-1906 (pastel sobre papel, 61 × 50 cm, Musée des Beaux-Arts de Bordeaux.
PARIS - La rue Monge a comienzos del siglo XX
Marquet - Matisse con sombrero de copa (c. 1900, tinta china sobre papel, 36,5 × 27,5 cm, museo André-Malraux).
Portada del catálogo del Salon d'Automne de 1905.
Notre-Dame (1904, óleo sobre lienzo, 73 × 60 cm, Museo de Bellas Artes de Pau).
14 de julio en Le Havre (1906, óleo sobre lienzo, 80 × 64 cm, museo Albert-André).
Albert Marquet y Yvonne hacia 1910, quai Saint-Michel.
Marquet - Académie des Dames
Galería Bernheim Jeune, París, 1910
El puerto de Nápoles (1909, óleo sobre lienzo, 63,5 × 76,5 cm, Museo de Bellas Artes de Besançon).
Argel hacia 1900: el puerto y el Almirantazgo. Fotografía coloreada anónima, conservada en la Biblioteca del Congreso, Washington.
Albert Marquet, 1932 - La baie d'Alger (La bahía de Argel 1932, óleo sobre lienzo, 65,5 × 81 cm, colección particular).
Le canal de Tunis Albert Marquet (1926, óleo sobre lienzo, 60,5 × 81 cm, colección particular).
Albert Marquet - Le port d'Audierne,1928, coll. privada
Albert Marquet, 1927 - Canteleu, après-midi de soleil - óleo sobre lienzo, 50 × 61 cm, colección particular
Albert Marquet, 1935 - Le jardin au Pilat - óleo sobre lienzo, 65 × 81 cm, colección particular
Orillas del Sena en La Frette (óleo sobre isorel, 33 × 41 cm, colección privada).
Albert Marquet, El vapor (1936, óleo sobre lienzo, 38 × 55 cm, colección particular).
Albert Marquet - Assouan le matin - 1928
Albert Marquet - El Pont-Neuf, de noche (1935-1936, óleo sobre lienzo, 82,5 x 100,5 cm, Museo Nacional de Arte Moderno).