El cáncer se produce cuando algunas células prostáticas mutan y comienzan a multiplicarse descontroladamente.
Estas también podrían propagarse desde la próstata a otras partes del cuerpo, especialmente los huesos y los ganglios linfáticos originando una metástasis.
Sin embargo, muchos hombres que desarrollan cáncer de próstata nunca tienen síntomas, ni son sometidos a terapia.
Se han encontrado alteraciones o mutaciones en los genes AR, MYC, PTEN y BRCA2.
PTEN es un supresor tumoral multifuncional que se pierde con frecuencia cuando hay la presencia de cáncer.
[5] La detección se lleva a cabo principalmente por la prueba en sangre del antígeno prostático específico, llamado PSA (acrónimo inglés de prostate-specific antigen) o por exploración física de la glándula prostática (tacto rectal).
Ambas características (multifocal y periférico) hacen que la resección transuretral (RTU) no sea una forma de terapia curativa.
[11] A menudo puede ser detectado precozmente con la prueba del antígeno prostático específico (PSA) en sangre.
Una pequeñísima parte de este PSA pasa a la circulación sanguínea y es precisamente este PSA que pasa a la sangre el que se mide para el diagnóstico, pronóstico y seguimiento del cáncer de próstata.
Los valores de referencia para el PSA sérico varían según los distintos laboratorios, aunque normalmente éstos se sitúan en 4 ng/mL.
Aunque el PSA es más abundante en el semen, una pequeña proporción se encuentra también en la sangre.
Se debe realizar cuando el tacto rectal es positivo o cuando el PSA esté elevado.
Sin embargo, la mayoría de los tumores prostáticos son isoecoicos, por lo que no se diferencian del tejido normal prostatitis.
El cáncer de próstata precoz normalmente no produce síntomas y se detecta por una elevación del PSA o realizando un tacto rectal.
También hay que palpar los ganglios linfáticos inguinales en busca de adenopatías metastásicas (poco frecuentes).
Algunos hombres eligen esperar y ver, porque no quieren padecer los efectos secundarios de los tratamientos agresivos.
Normalmente se realizan determinaciones del PSA en sangre y tacto rectal cada seis meses, posiblemente con biopsia guiada por ecografía transrectal anualmente.
Si el paciente desarrollara cualquier síntoma o el cáncer creciera más rápidamente, se tiene que considerar pasar a un tratamiento activo.
Para realizarlo, los cirujanos solían hacer una incisión en la parte inferior del abdomen para tomar la próstata, este procedimiento se llama prostatectomía radical abierta (ORP).
Recientemente los cirujanos comenzaron a utilizar la prostatectomía radical laparoscópica (PRL), la cual se realiza mediante laparatomía suprapúbica, que es la técnica de referencia o patrón oro actualmente por ser una cirugía menos invasiva y con resultados similares.
[16] La radioterapia usa rayos X de alta energía (megavoltaje) o partículas para eliminar células cancerosas.
Si la enfermedad está más avanzada, la radiación puede usarse para disminuir el tamaño del tumor y proporcionar alivio de síntomas actuales o futuros.
[18] La criocirugía, también llamada crioterapia o crioablación, se emplea algunas veces para tratar el cáncer de próstata localizado, destruyendo por congelación las células tumorales con una criosonda metálica.
Esta focalización produce un calentamiento intenso e instantáneo que provoca la destrucción irreversible de la zona seleccionada, sin dañar los tejidos circundantes.
Esta opción terapéutica actualmente ya no se considera como experimental.
En la “quimioterapia sistémica” se administran fármacos por vía intravenosa o por vía oral, los cuales entran en el torrente sanguíneo y alcanzan todas las partes del cuerpo, haciendo que este tratamiento sea potencialmente eficaz en los cánceres que han metastatizado (que se han extendido hacia órganos distantes de la próstata).
El objetivo de este tratamiento no es eliminar todas las células cancerosas, pero puede disminuir el crecimiento del cáncer y reducir el dolor.
Además, hubo un aumento significativo en la carga de mutaciones tumorales (TMB) en el cáncer metastásico comparado con el primario.
Estos cambios podrían estar relacionados con la progresión de la enfermedad y la resistencia a tratamientos.
Concretamente, se identificaron mutaciones específicas en tumores metastásicos que parecen estar relacionados con la resistencia a terapias específicas, como mutaciones en el gen AR que podrían estar relacionadas con resistencia a terapias de deprivación de andrógenos.