Othon Friesz

Mientras estaba en el Lycée encontró a quien sería su amigo de toda la vida, Raoul Dufy.

Al año siguiente, Friesz dejó París para regresar a Normandía, y a un estilo de pintura mucho más tradicional, pues había descubierto que sus aspiraciones personales en pintura estaban firmemente arraigadas en el pasado.

Abrió su propio estudio en 1912, y enseñó hasta 1914, año en el que se unió al ejército durante la Primera Guerra Mundial.

Entre sus pupilos se incluyen a los pintores Marthe Rakine[1]​ y Heini Waser.

Un ligero sabor barroco añade vigor a sus paisajes, naturalezas muertas y figuras.

Placa en recuerdo de Othon Friesz, en la fachada del edificio en París que albergó su taller.
Las murallas de Saint-Malo (1935) , Musée Toulouse-Lautrec , Albi