Suzanne Valadon

Su madre ejercía distintos trabajos, por lo que no tenía mucho tiempo para quedarse con Suzanne.

Al igual que sus contemporáneas Berthe Morisot y Mary Cassatt pintó, en su mayoría, mujeres.

[1]​ Suzanne conoció el éxito en vida, por lo que pudo salir a flote a pesar de las dificultades económicas de su juventud y tener que sacar un hijo adelante, Maurice Valadon, al que dio a luz con dieciocho años y quien años después sería el famoso pintor Maurice Utrillo.

Tras su divorcio en 1934 Valadon se quedó sola y, durante los últimos años de su vida, recogió a otro hombre más joven que ella, llamado Gazi.

Ahí se conocieron y después de ello, comenzaron a vivir juntos.

Entre los asistentes al funeral estaban sus amigos pintores André Derain, Pablo Picasso y Georges Braque.

Su juventud, su intensa mirada de ojos azules y su belleza hicieron que pronto se convirtiese en una modelo muy solicitada.

Por un lado, la conexión con estos pintores le abrió las puertas al mundo artístico bohemio que estaba focalizado en Montmartre.

Cuando Valadon dejó su trabajo como modelo para concentrarse en su propio cuerpo y su propia mirada para así encontrar su identidad, se reinventó a sí misma y se descubrió como pintora.

Jeanine Warnod afirma que mientras Valadon estaba en su casa dibujando, su amante de ese momento, Toulouse-Lautrec, golpeó la puerta por sorpresa.

Bajo su tutela y con compañía de otros artistas, Suzanne fue adquiriendo una calidad verdaderamente notable.

La elección de sus retratos se centró en su círculo cercano, como su familia, su entorno, sus amigos o sus gatos.

De espíritu libre y caprichosa hasta la extravagancia, se la conocía por llevar consigo un manojo de zanahorias y tener una cabra para que «se comiera sus malos dibujos» en un estudio donde alimentaba a sus gatos con caviar los viernes.

Autorretrato de Suzanne Valadon
La Buveuse (La bebedora) - Retrato de Suzanne Valadon por Henri de Toulouse-Lautrec.
El baño , Suzanne Valadon.
Frutero , Suzanne Valadon, 1917.