Maurice de Vlaminck

Junto a Derain alquilan un estudio donde ambos pintan y conviven creando una buena amistad que durará toda la vida.

[1]​ Con anterioridad, Vlaminck siempre destacó por ser un pintor autodidacta, alejado de las academias, que pintaba aquello que veía suceder alrededor suyo, bien fuera un incendio o el paso del Sena cerca de su casa.

[1]​ También representará en esta etapa flores que cambian respecto a su etapa anterior, los colores son mucho más fríos y oscuros aunque la estructura es similar, basada en flores realizadas como manchas en la pintura.

En 1911 viajará a Londres donde capta la atmósfera de la ciudad pintando ríos y puentes.

Ya no habrá cambios sustanciales en su pintura, aunque sí en sus cielos que pasan a ser teatrales y tempestuosos.